La procuradora que dejó su profesión por un sueño en su «patria pequeña»
VEN A GALICIA · Exclusivo suscriptores
Lucía Latorre, cara de Salva o Tren, abre en Portas dos viviendas turísticas
22 may 2022 . Actualizado a las 21:32 h.Sentada en la mesa de la cocina de la casa Templo do Río, en el municipio pontevedrés de Portas, Lucía Latorre se emociona. La que ejerció como procuradora en varios juzgados durante muchos años y que fue la cara más visible de la plataforma Portas non pode perder o tren —que derivó después en otra a nivel gallego, Salva o Tren— enumera recuerdos y vivencias. Antes de la pandemia decidió dar un giro a su vida. Dejó su ocupación laboral y se embarcó en un proyecto de turismo rural. Para ella es un sueño que empieza a hacerse realidad y en el que ha puesto «todos mis ahorros». El pasado agosto abría una pequeña vivienda de uso turístico, Senda Verde do Salnés, y después de esta Semana Santa completaba su hoja de ruta con Templo do Río, la más grande.
«Esta casa atesora toda mi vida, tiene más de un siglo. Mis abuelos tenían un comercio, un almacén de materiales de construcción, y una tienda en otra casa enfrente de la estación. El tren era vida», rememora Lucía. Esta mujer, que se considera una ciudadana del mundo, se define como muy inquieta e inconformista. «Portas es mi patria pequeña y este es mi compromiso con el mundo rural». No solo lo dice, sino que predica con el ejemplo y se mete en las batallas más importantes. Lo hizo para salvar un tren, que era el único transporte público de esta localidad de poco más de 2.800 habitantes, y también para reclamar el segundo médico en el centro de salud.
Lucía admite que está aprendiendo el oficio, «con ganas y pasión». Y solo pide salud para poder llevarlo. «Quiero dar vida a lo que queda del rural con una apuesta fuerte por un turismo de calidad. Esto no lo hago para ganar dinero, pero sí para vivir». Cuando tomó la decisión se puso a restaurar las dos viviendas. Bromea con que «me metí en faena y no salgo de ella». Pero es feliz. Para ella es importante que sus huéspedes se vayan contentos y que esa estancia deje huella. «Me gusta regalarles cositas de la huerta. De ese rural del que tanto se habla ahora, pero que al mismo tiempo se está acabando. Si la modernidad es estar todo el día conectada y no disfrutar de lo que te ofrece la naturaleza, yo no quiero ser moderna», subraya.
Lucía vuelve a su niñez y dice que ella la sostenibilidad la mamó desde pequeña. Insiste en que viene de una familia de mujeres luchadoras. Recuerda que una costurera venía una vez al mes y daba la vuelta a los cuellos de las camisas. También a su abuela paterna Avelina, que se quedó viuda con seis hijos a su cargo. «Ella siempre decía, ‘Dios dé quien gobierne’». Una frase que la niña Lucía no entendía. Hasta ahora todos sus clientes han sido de fuera de Galicia. Comenta que en su apuesta por el rural de Portas no está sola y destaca la contribución de otras personas. Cita al propietario de un restaurante próximo a sus casas. «Se lo recomiendo porque es una maravilla. Hay que dar calidad y no se puede dar gato por liebre». El mensaje es claro y no necesita más explicaciones. También cita a Kin Martínez, el promotor del festival PortAmérica. Ellos dos, recalca Lucía, también ponen a Portas en el mapa.
¿Cómo son sus viviendas turísticas? Templo do Río es su devoción. Una casa para 12 personas, fresca en verano por sus paredes anchas de piedra y porque está pegada al río Chaín. Tiene una huerta en su desembocadura con bancos de piedra. «Es un sitio especialmente relajante. Para sentarse y escuchar los pájaros. Cómodo, pero sin lujos». A su lado está Senda Verde do Salnés, la pequeña, para 4 personas. «Para mí es como una casita de muñecas. Es ideal para una pareja. Muy acogedora, con techos bajos de madera, abuhardillada y cuca decorada».
En las dos casas se dispone de barbacoa y se puede disfrutar de la huerta. A la hora de elegir los nombres, también quiso tirar de historia. «Este lugar —cuenta Lucía— se llama A Ponte Chaín. El río es muy importante y por eso quería que estuviera. Como hay muchas viviendas con el nombre de casa opté por Templo do Río». En el caso de Senda Verde do Salnés es «un guiño» a la vía verde que dio nueva vida al viejo trazado ferroviario de Portas a Vilagarcía. Por Portas dejaron de parar trenes de pasajeros el 20 de julio del 2008 con la apertura de la variante de alta velocidad entre Portela y Vilagarcía. Lucía lo tiene claro: «Me gustaría que pasara por aquí un tren de cercanías, pero si no puede ser que siga como vía verde. Le deseo mucha salud y que la cuiden. Gente joven se tuvo que marchar de aquí y los mayores viven más encerrados». Otro peaje del mal entendido progreso.