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Dos amigas convierten un viejo almacén en un área de descanso para peregrinos en Padrón

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

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Noelia (en la foto, a la izquierda) y Zaira (a la derecha) están detrás de la apertura de A Ponte do Peregrino, en la rúa Calzada de A Ponte (Padrón).
Noelia (en la foto, a la izquierda) y Zaira (a la derecha) están detrás de la apertura de A Ponte do Peregrino, en la rúa Calzada de A Ponte (Padrón). PACO RODRÍGUEZ

Noelia dejó su empleo y se asoció con Zaira, en paro, para emprender en el Camino de Santiago

26 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A Ponte do Peregrino surgió de una conversación informal, reparando en que «aquí, en Padrón, no hay apenas servicios para los peregrinos que vienen por el Camino Portugués y es una ruta muy poco explotada». Así fue como Zaira Lois Vázquez y Noelia González Vila, amigas de la infancia, acabaron alquilando un viejo almacén para cubrir las necesidades de los viajeros y conseguir ellas una estabilidad en lo laboral y una mayor facilidad para conciliar en lo familiar. Zaira se encontraba en paro y Noelia dejó un empleo estacional. «Vimos que podía ser un buen negocio y nos animamos la una a la otra», cuentan las padronesas de 35 y 34 años, respectivamente. Así, hace poco más de un mes, abrían las puertas de su establecimiento en A Ponte, a un kilómetro de la capital del Sar, donde ofrecen un área de descanso con wifi, nueve puntos de carga para móviles (y distintos cables, por si hicieran falta), microondas, baño, bebidas y aperitivos, suvenires y la posibilidad de sellar las credenciales.

«Llegan a nuestro local muchas personas que llevan un montón de kilómetros sin encontrar un sitio en el que poder parar», dicen las amigas, quienes hicieron previamente un estudio de mercado para saber qué habían echado en falta los peregrinos a esa altura del trazado jacobeo y cuáles eran los servicios básicos y esenciales para ellos. Descubrieron, además, que emprender en el Camino puede llegar a ser muy gratificante: «La gente es súper agradecida. Nos acogieron muy bien, algunos incluso nos conocían antes de venir porque nos habían visto en redes sociales, y todos los días conoces experiencias increíbles». Pocos se resisten a parar en A Ponte do Peregrino, reconocen, aunque solo sea para sacarse una foto en el banco del peregrino (con una gran flecha amarilla como respaldo) o con su colorida fachada de fondo.

El artista Fernando Yáñez, vecino de Brión e impulsor del proyecto Art for Dent junto a su hijo Hugo, hizo el mural, que se representa a un peregrino caminando hacia la catedral santiaguesa. «Conocíamos su trabajo y queríamos que lo hiciera él», dicen sobre una obra que sirve como reclamo y dio un nuevo aspecto a una edificación que estaba sin uso y pasaba inadvertida.

«Hace muchos, muchos años, aquí se vendían patatas, y luego se transformó en una especie de almacén o garaje», indican estas dos mujeres sociables, que disfrutan del trato con el público. Reconocen que ninguna de las dos había hecho el Camino Portugués, pero ahora les ha picado el gusanillo. Mientras tanto, se conforman con dar la mejor bienvenida, guiar a otros peregrinos para que no se pierdan los puntos de interés de Padrón y promocionar el producto local, como el pimiento de Herbón.