Hace doce meses que se abrió a las visitas, ya es accesible para caza y pesca, y la Fundación Naturgy tiene en marcha un programa pedagógico. Es el inicio del arranque de una gran transformación
28 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Desde hace un año y un día, todo el que lo desee puede visitar el lago de As Encrobas, en Cerceda. Ocupa una amplia superficie en esta parroquia, aunque en algunos foros lo sigan denominando lago de Meirama, por la antigua explotación de lignito con este nombre a la que estaba vinculada la mina activa de 1980 a enero del 2008, que dejó un inmenso agujero de 2 x 1 kilómetros (en sus distancias máximas) y unos 200 metros de altura en su punto central.
Una inmensa masa lacustre de casi 150 hectómetros cúbicos, con una playa aún sin explotar, de más de 300 metros. Muchos números que impactan, y mucho más al ver el lugar, pero casi tanto como el agua impresiona el enorme bosque situado alrededor, sobre todo en su parte oeste.
Para verlo hay que caminar o ir en bicicleta, e incluso sorprenderse si durante un buen trecho, pese a estar al lado, no se ve el agua, por la altura de los acantilados y por la espesura arbórea. También hay que pelear con el GPS, porque no es fácil dar con el acceso correcto, y además no hay señales, algo que resulta algo insólito. Genera mayor satisfacción en el visitante al dar con la pista correcta, pero ya tiene que ser alta para compensar el cabreo de quienes dan varias vueltas sin sentido.
Además de poder caminar o pedalear en el amplio perímetro de más de seis kilómetros, en este año ha habido muchas novedades en torno a esta inmensa masa lacustre. Una, la apertura por primera vez a la pesca, y con notables capturas, tras tantos años siendo una reserva. Otra, a la caza, algo ya permitido, pero que se podrá ver en octubre. Otra más, los proyectos que tratan de aprovechar ese agua para construir una central hidroeléctrica reversible. Había dos, y en la primera selección solo quedó uno, el de Coventina Renovables, una sociedad del grupo Tasga Renovables, con sede en Santiago. Sus números imponen: 352 megavatios (más o menos como todos los parques eólicos que hay ahora en la zona), 300 millones de euros de presupuesto, casi seis años de obras desde que recibe todos los permisos.
Es un proceso muy largo, con muchas variables. Una de ellas, las visitas al lugar, para recibir explicaciones técnicas, de todas las partes interesadas. Justamente esta semana han sido citados algunos de ellos, según detallaron desde Augas de Galicia. Esas visitas serán el próximo miércoles, 1 de junio, como parte del procedimiento, con representantes de la empresa Coventina, Concello de Cerceda, Empresa Municipal de Augas da Coruña (existe también una previsión futura de conexión con Cecebre en épocas de sequía para abastecer a la ciudad), Concello de Cerceda y otros.
Pero hay más. La Fundación Naturgy (esta empresa era la titular del lago hasta la cesión al dominio público hidráulico el año pasado) va a poner en marcha el próximo curso una oferta didáctica dirigida a centros educativos y a la sociedad gallega en general, que complementará la labor de rehabilitación medioambiental del lago que han llevado a cabo.
La fundación realizará visitas guiadas a este reservorio de agua artificial sin tratamiento intensivo, que es el mayor del mundo de sus características. Este espacio, señalan desde Naturgy, «está llamado a convertirse en un espacio privilegiado de biodiversidad en Galicia, con sus más de 450.000 árboles y 839 especies de animales en el valle de As Encobras de Cerceda». La propuesta formativa del lago ya está a disposición de los centros educativos, y se dirige a alumnos de educación infantil, primaria y secundaria. Estas actividades, conducidas por un educador medioambiental especializado tanto en el aula como en el propio espacio natural, permitirán adquirir, «de manera vivencial y participativa, conocimientos científicos y tecnológicos en torno a la energía y el agua».
Además de Augas (el titular) y Naturgy (antiguo dueño y aún titular de todo el entorno), quien también tiene mucho que decir es el Concello de Cerceda, que tendrá que explotar parte de estos nuevos recursos, un patrimonio natural único en Galicia. El alcalde, Juan Manuel Rodríguez, indicó ayer: «Dada a recente desafectación como terreo mineiro, agora o futuro ten que fundamentarse a través dun plan especial urbanístico de cara a ordenación deste territorio tan extraordinario. Parte do futuro económico dos núcleos de poboación máis próximos en particular e de Cerceda en xeral pivotan sobre este recurso».
En definitiva, el primer año de este gran lago abierto al mundo no es más que el arranque de una gran transformación.