El Mero y una sencilla iglesia dan aliciente a una excursión por un territorio de acogedoras montañas
30 may 2022 . Actualizado a las 08:43 h.Toda la parte alta de Abegondo y los montes de Oza-Cesuras pudieron haber sido el gran parque natural de la provincia de A Coruña, haciendo competencia al de las Fragas do Eume, aunque de características totalmente distintas. Pero ese paraje montañoso con numerosas viviendas unifamiliares desperdigadas que se ven muy bien cuidadas en general ha sido invadido por el eucalipto.
Es cierto que algunos ejemplares de este último impresionan por su porte, es cierto también que imprimen un toque un poco monótono, pero igualmente es verdad que en conjunto conforman paisajes preciosos con numerosos secretos escondidos por tanto verde. Eso sí, hay que prepararse para conducir despacio porque las subidas y bajadas presumen de una gran pendiente.
El punto de partida es Presedo, a donde se llega tomando un desvío señalizado a la izquierda según se va de Betanzos a Mesón do Vento (o bien desde Betanzos por Xan Rozo). En Presedo, además de su albergue de peregrinos (por allí pasa el Camino Inglés), espera el santuario de Nosa Señora da Saleta, en excelente estado, y el Mesón Museo Xente no Camiño, que ya ha reabierto sus puertas. Y siguiendo prácticamente de frente se acomete el primer descenso que en un santiamén lleva al viajero cien metros más abajo y que va a rematar ante un precioso puente del río Mero, aquí joven, estrecho, juguetón.
Hay que dar un pequeño rodeo dejando ahí a la derecha la primera casa de Cutián de Abaixo, realmente muy agradable a la vista.
Gran subida sin coger desvío alguno hasta tener a la derecha la iglesia parroquial de Santa María, oculta entre el desnivel de la montaña y la vegetación, y con una casa interesante antes de ella con un hórreo que, de recibir algunos mimos más, sería un ejemplar notable.
El templo muestra esa sencillez no exenta de elegancia que caracteriza a las iglesias del mundo rural gallego levantadas en el XVIII, un siglo de relativa riqueza y aumento de la producción agrícola que permitió un excedente con parte del cual se construyeron estos edificios. Este en particular tiene una sola nave rectangular, en el exterior un espacio lateral cubierto, fachada con un par de elementos ornamentales y un campanario de dos cuerpos, con otras tantas campanas en el inferior. Lo acompaña un cruceiro sencillo y no muy antiguo.
Si se quieren estirar las piernas, justo al tomar la curva a la izquierda rodeando la casa con el hórreo mencionado arranca un camino a la diestra. No es muy largo y sí seguro, con el río Mero abajo pero a una distancia que permite no preocuparse en exceso de los pequeños de la familia.
EL INICIO
43º12'19''N 8º15'52''W.
LA FOTO MÁS PERSONAL
En el puente sobre el Mero.
EL DESAFÍO
Bajar desde la iglesia al Mero (sin niños).
PARA COMER
Al comienzo, en el mesón-museo (981 673 120).