Desde el ruinoso monasterio de Albeos a la catedral de Tui, este estilo está muy presente en la zona
31 may 2022 . Actualizado a las 00:27 h.Hace mil años aproximadamente, en la cristiandad europea nacía un estilo de construir, principalmente edificios religiosos, que pasaría a la historia con la denominación de románico. Su nombre alude a Roma, pero también toma elementos posteriores procedentes tantos de la cultura árabe, los pueblos europeos y Bizancio, como heredera de Roma. Es un estilo que tuvo su difusión a través del Camino de Santiago, y que en cada punto de Europa adoptó sus propias características. Aunque quizá sea el barroco el estilo arquitectónico más extendido en Galicia, las muestras de románico son abundantes por estas tierras, y también en el área metropolitana de Vigo.
En Tui, el primer ejemplo de esta forma de construir es la propia catedral. Hay que situarse en la portada norte, también conocida como de San Epitacio, para apreciar uno de los elementos más singulares de este edificio en sus primeros momentos constructivos. Es la combinación de tres arcos sobre una puerta cuyo tímpano está libre de cualquier decoración. El otro elemento románico importante de la catedral es la sala capitular, del siglo XII y situada junto al claustro.
Otro de los edificios hermosos que dejó el románico en la ciudad tudense es San Bartolomé de Rebordáns, que fue la sede episcopal en el siglo XI. Es una de las iglesias más singulares del área viguesa. Sin embargo, no es fácil acceder a su interior. Hay que ir durante la misa del domingo. La tercera iglesia románica de Tui es San Miguel de Pexegueiro, un antiguo monasterio benedictino del siglo X. Tiene una magnífica fachada románica, aunque el tímpano de la puerta presenta una fractura. Son también llamativas las portadas laterales.
Sin abandonar O Baixo Miño, en Tomiño se encuentra San Salvador de Tebra, aunque la fachada principal ya no está encuadrada en el románico. Donde se sitúa ese estilo medieval es en los muros de la nave y en el ábside rectangular, así como en los variados canecillos de animales que se sitúan en los aleros. La puerta lateral es muy similar a la de Pexegueiro.
Santa María de Tomiño es otra de las delicias que dejó el románico en estas tierras. Estuvo vinculado a un cenobio de monjas benedictinas. Aunque experimento cambios a lo largo de la historia, conserva buen parte de su planteamiento original, tanto en su interior como en su exterior. Dentro es de una sola nave, tiene techo de madera y se accede al presbiterio por un arco de gran presencia y buen estado. Tiene, además, en distintos puntos, abundante decoración escultórica de gran calidad.
La tercera iglesia románica tomiñesa es San Vicente de Barrantes, del siglo XII y único elemento superviviente de un monasterio, nombre que quedó en la toponimia.
Río Miño arriba se llega a Crecente donde se encuentran las vergonzosas ruinas del monasterio de San Paio de Albeos, fundado en el siglo X. Es una joya perdidas del románico.
En el término municipal de Vigo se conservan tres iglesias encuadradas en el románico. La construcción de Santiago de Bembrive está asociada a la fecha 1185, que aparece en una de sus piedras. Es una planta de una sola nave y repite una originalidad gallega nacida en dos capillas del interior de la catedral de Santiago, la forma poligonal de su ábside. Santa María de Castrelos quizá sea la iglesia mejor conservada de las tres existente en Vigo. Incluso, hace unos años fueron descubiertos unos frescos en sus muros interiores. El tercer edificio románico en Vigo es San Salvador de Coruxo, cuyo interior ha experimentado novedades en siglos posteriores a su construcción.
La iglesia de Santa María en Baiona también se encuadra en este estilo. La ex-colegiata fue construida en el siglo XIII según los preceptos cistercienses, pero también ya apuntado a las soluciones góticas que se emplearán en la catedral de Tui. En su fachada se suceden la portada, con tres jambas y sus respectivas arquivoltas, y, en la parte superior, un rosetón circular. El resto es muro. La ausencia de vanos es otra de las características del románico, y es debida a la pesadez de sus muros.
O Morrazo
En Moaña también se pueden ver dos ejemplos de la forma de construir iglesias en los primeros siglos del segundo milenio de nuestra era. Una es la de San Martiño, que convive con elementos barrocos. Ya es curioso, porque algunas partes decorativas de estilo románico esta iglesia se encuentran expuestas en Pontevedra, en Santo Domingo. La otra iglesia moañesa es San Xoán de Tirán, en un paraje espectacular, con la ría al fondo. Esta construcción aparece en la última novela de Domingo Villar, O último barco. Y ya en Cangas se encuentra San Andrés de Hío. Su exterior es románico, mientras que en el interior se produjeron modificaciones a lo largo del tiempo.
En Oia, el monasterio fue levantado según los principios arquitectónicos románicos aunque fruto de su continuo crecimiento incorporó partes góticas y barrocas, que acabaron siendo mayoritarias en el conjunto.
Las dos últimas iglesias recogidas en esta ruta por el románico del área de Vigo son las de Santa María de Guizán en el municipio de Mos, y, ya en Ponteareas, la iglesia parroquial de San Pedro de Angoares.