El alquiler turístico ya copa el 44% de las plazas hoteleras de la Costa da Morte
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El resto de sectores se estanca o crece un poco, pero la nueva modalidad arrolla en la comarca
30 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.En Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda, hay 14.503 plazas de alojamiento turístico. De ellas, más de 6.400 corresponden a las llamadas viviendas de uso turístico, repartidas en el interior de 1.170 establecimientos, más grandes o más pequeños (incluso bloques enteros de pisos que no llegaron a estrenarse). No hay que con confundirlas con los apartamentos o viviendas turísticas en sentido estricto, que en la comarca son apenas 81 inmuebles, según los datos del Rexistro de Empresas e Actividades Turísticas de Galicia (REAT), que acaban de aparecer, esta semana (muy desglosadas y junto a otros mucho parámetros) en los indicadores de intensidad de la demanda turística en Galicia, que fueron publicados en el Instituto Galego de Estadística. Son solo números, demasiados, pero dan una imagen exacta de cómo está el alojamiento en la zona, especialmente si se comparan los datos con los de hace cinco y diez años.
El número absoluto, esas más de 14.500 plazas, incluye camas muy heterogéneas: hoteles, pensiones, albergues, casas rurales, campamentos, los apartamentos y viviendas turísticas (albergan huéspedes todo el año) y las viviendas para uso turístico (cedidas por particulares a terceros de manera temporal para estancias cortas). Estas últimas son las que arrasan, tanto en número de alojamientos como en el de plazas. En Galicia representan el 40 % del total, y en la Costa da Morte un poco más, el 44 %. A este ritmo no tardarán en ser la mitad, y como aún queda tiempo para el verano, la temporada de más demanda, es probable que muchas más se den de alta.
¿A qué obedece este fenómeno? ¿Han surgido de la nada de repente tantos alojamientos?
Hay dos aspectos a tener en cuenta. Uno, que como es obvio no es algo que surja de repente. De toda la vida ha habido casas y pisos, sobre todo en el litoral, que se han alquilado a los veraneantes. En Camariñas, Muxía, Cee, Malpica, Laxe o Fisterra ocurre desde siempre. Pero un decreto de la Xunta del 2017 hizo aflorar muchos de esos inmuebles, al regularizarlos, o al menos empezar a hacerlo. Y el otro aspecto es que el bum es realmente reciente. En los últimos años, especialmente durante y tras la pandemia, numerosos particulares han puesto en alquiler sus casas o pisos, y también muchos de aquellos que se construyeron en las promociones de Fisterra y otras localidades. Hay demanda, la Costa da Morte tira mucho, y la rentabilidad es alta, de ahí este cambio tan drástico.
El caso de Fisterra es paradigmático: la mitad de los 2.613 plazas totales según los datos oficiales (seguramente haya más) son de alquiler de uso turístico. Los quince hoteles registrados ofrecen 247 habitaciones con 443 plazas. Es el municipio que más tiene en este segmento, seguido de Cee, con seis hoteles; Muxía y Camariñas, con cinco, o Carballo, con cuatro. Viendo las evoluciones, todas son más o menos previsibles. Los apartamentos y viviendas turísticas siguen una senda alcista y lógica, sin estridencias, igual que los campamentos.
El turismo rural se ha estancado, con una veintena de establecimientos desde hace diez años. Los pocos que cierran compensan con los que abren. Los albergues han crecido en la órbita de Dumbría, Cee, y sobre todo Fisterra y Muxía, algo también natural, desde aquel primero en Fisterra de 1997, que abría una espita entonces inimaginable. El Camiño sigue siendo una fuente inagotable de visitantes.
Modalidad Año 2012 - 2017 - 2022
Albergues 37- 38- 49
Pensiones 90 - 82 - 88
Albergues turísticos 13 - 32 - 40
Turismo rural 25 - 27 - 24
Campamentos turísticos 5 - 8 - 11
Apartamentos turísticos 11 - 23 - 43
Viviendas turísticas - / 29 / 38
Viviendas uso turístico - /- / 1.170
Fuente: Instituto Galego de Estatística, con datos de la Axencia de Turismo de Galicia, publicados esta semana. La categoría de «uso turístico» es reciente, de ahí que no registrase en el 2017 ni, por supuesto, con anterioridad.
Jesús Picallo: «Contribúe ao crecemento, pero hai que regular algo máis»
El empresario Jesús Picallo, con hoteles en Fisterra (el Semáforo y el Banco Azul), y en Carnota (el faro de Lariño), además de apartamentos en O Pindo, es también vicepresidente del Clúster de Galicia, además de presidente de Solpor. Conoce bien el sector, ya desde sus años de juventud, y en todos sus estratos. Reconoce que las viviendas de uso turístico generan debate, también en las entidades en las que él está. Cree que hay que tener en cuenta factores diversos. «Por unha parte, é evidente que contribúen ao crecemento, porque a xente que vén e se aloxa neses pisos tamén gasta, vai aos restaurantes, aos bares, aos comercios... Pero tamén creo que hai que regular algo máis do que está», explica. Se refiere, por ejemplo, a los diferentes requisitos que se le piden a los alojamientos más convencionales y no a ellos, por ejemplo en materia de protección de datos, riesgos, medidas de seguridad, y otros aspectos. Picallo entiende que la normativa debería ser igual de exigente para todos. Y recuerda que este tipo de ofertas, por mucho que ahora hayan explotado, se han visto siempre. Pero lo que antes era una actividad casi anónima, ahora está fiscalizada y controlada.
El nuevo modelo de alojamiento se agrupa en Aviturga
El fenómeno de las viviendas de uso turístico es reciente en su regulación, pero una buena parte está agrupado. Y lo hace entidad Aviturga, cuya responsable, Dulcinea Aguín, es de Sanxenxo, municipio que concentra, de lejos, el mayor número de Galicia de estos alojamientos. Recientemente explicaba en una entrevista en La Voz sus actividades y cometidos, entre ellos una central de reservas y hasta una escuela formativa. Sobre la habitual petición de que se regularicen, asegura que ya lo están desde hace cinco años, que pagan más impuestos que otro tipo de instalaciones y que, en definitiva, ofrecen lo que ofrecen porque hay una demanda y la atienden.
Otras opciones que también van a más, como los campamentos
Las plazas de campamento siempre han sido muy importantes en la Costa da Morte, con usuarios habituales durante decenios. Hay destinos fijos. En Cee, por ejemplo, suman 800 plazas, por 561 en Carballo, 523 en Malpica o 473 en Muxía.
Es una clasificación muy estable año tras año, con la reciente incorporación del Campamento Turístico Santa María de Brandoñas, en Zas, que ha dado un paso más diversificando su oferta. Por eso en su negocio, además de tiendas de campaña, caravanas y autocaravanas, hay cabañas, una casa de piedra o se dan comidas y hay bar, y todo ello en medio de un entorno verde y frondoso, con la cola del embalse de A Fervenza a unos metros, y la iglesia parroquial justo al lado. Por ahí también pasa la Vía Mariana, lo que suma romeros. No hay nada similar en la comarca, y tampoco deben existir muchos negocios similares en Galicia. Los días señalados, como las fiestas o los domingos, suele caer una actuación en directo.
En este negocio familiar de padres e hijo está Estrella Busto, incansable en la atención a los visitantes. Asegura que tras la pandemia gusto más que antes el espacio, lo verde, el relax. Hasta hay caravanistas que prefieren la zona de prado en vez de la habilitada para ellos. Lo fuerte vendrá en julio y agosto, con las cabañas ya reservadas, pero ya no hay queja. Muchos franceses, alemanes e ingleses. Brandoñas, parroquia pequeña del sur de Zas, solía pasar antes más desapercibida, y ahora está en el mapa turístico. Y con señalética aún necesaria.