La degustación popular repartió 250 raciones, los restaurantes se llenaron y los criadores locales hicieron una buena feria tras dos años de pandemia
30 may 2022 . Actualizado a las 23:36 h.Tras dos años con las ventas y las ganas de fiesta lastradas por la pandemia, el galo de curral remontó de nuevo el vuelo este domingo en Vila de Cruces. La localidad dezana celebró la vigésimo octava edición de su fiesta gastronómica con récord de reservas en los restaurantes locales y buena afluencia en la degustación popular. Según los cálculos del teniente alcalde cruceño, Julio López, en la carpa instalada en la plaza Juan Carlos I se despacharon unas 250 raciones de galo. Las dos recetas ofrecidas —la tradicional con patatas y una versión especial con habas— tuvieron una excelente acogida por parte del público, que también agradeció la puntualidad en el desarrollo del programa.
En la Festa do Galo no todo fue comer. Un amplio programa de actividades adobó la cita, con pasacalles del grupo de gaitas O Arco de Merza y Brincadeira de Carbia, exposición de vehículos Seat 600 y actuación de la cantante Lucía Veiga y del grupo de rock Broken Peach.
El pregón corrió a cargo del periodista Marcial Mouzo, que exaltó la cultura cruceña —con Neira Vilas y Paco Lareo como dos de sus pilares—, la singularidad del galo de curral y la grandeza del rural gallego, animando a habitarlo y a disfrutarlo para evitar la pérdida de una riqueza irreemplazable. La actuación del dúo Azúcar Moreno cerró la sesión matutina, en la que hubo un pequeño homenaje póstumo al artista Paco Lareo, uno de los ideólogos de la fiesta gastronómica cruceña y el creador de la imagen actual de la Festa do Galo de Curral. La hermana del artista, Carmen Lareo, responsable de la Fundación Paco Lareo, recogió el obsequio de manos del teniente alcalde y responsable de Cultura.
El gallo no solo fue el protagonista en la mesa. La Asociación de Criadores de Galo de Curral tuvo su propio puesto para dar a conocer el producto estrella. En la feria se vendieron una veintena de ejemplares. Muchos más se habían encargado en los días previos a la fiesta para degustar en las reuniones familiares que este domingo regresaron con fuerza a Cruces. «O ano pasado vendeuse menos para as casas porque a xente non se xuntou», explica Tito Mariño, presidente del colectivo de criadores.
Junto a los galos de curral tradicionales, de entre 4,5 y 5 kilos de peso, también se comercializaron los de la raza de Mos, de entre 3 y 3,5. Los primeros se vendieron a 13 euros el kilo y los segundos a 15.
Quien se haya quedado con hambre de galo puede hacer pedidos durante todo el año en la web www.galodecurral.com.