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El patrimonio cultural vuelve a ser uno de los grandes motores del sector turístico

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro FERROL / LA VOZ

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Vista da la Torre de Hércules desde el monte de San Pedro
Vista da la Torre de Hércules desde el monte de San Pedro MARCOS MÍGUEZ

Monumentos como la Torre de Hércules o como el castillo de San Felipe se llenan de visitantes, con cifras que ya recuerdan a las de antes de la pandemia

30 may 2022 . Actualizado a las 16:49 h.

Tras los momentos más duros de la pandemia, que lo llenaron todo de soledad, de dolor y de incertidumbre, el fin de las restricciones en los accesos a los espacios públicos no solo ha devuelto a la vida sectores como los de los espectáculos, el deporte de masas o la hostelería. También el patrimonio cultural, imprescindible soporte del turismo de calidad, revive. Las visitas presenciales vuelven (¡y con qué intensidad...!) a enclaves que ya son Patrimonio de la Humanidad, como la Torre de Hércules o la Compostela monumental. De la misma manera que regresan a todo cuanto rodea los caminos de Santiago y al que lleva a San Andrés de Teixido.

Como vuelven, y de qué manera, al Ferrol de las Luces, al del Siglo XVIII; un Ferrol de la Ilustración que no es Patrimonio de la Humanidad aún, pero que aspira a serlo —todo sea dicho de paso—, y que continúa demandando el reconocimiento de la Unesco.

La evolución de las cifras

La directora de la Torre de Hércules, Ana Santorun, explica que, a pesar de todo lo que tuvo de «negativo» el tiempo de las restricciones, «a pandemia foi tamén unha oportunidade para a Torre», toda vez que durante «o confinamento estivo en contacto cos seus seguidores a través das redes sociais, con iniciativas tan interesantes e despois imitadas por outros centros, como as visitas guiadas virtuais e a invitación aos nenos e nenas para que nos enviaran debuxos do monumento». «Evidentemente —añade Ana Santorun—, o impacto no número de visitas foi apabullante por catastrófico. Pasamos —explica la directora del monumento— de 123.500 visitantes no 2019 a algo máis de 21.700 no 2020 e a 28.500 no 2021».

Pero «o 2022 —añade Ana Santorun— amosa xa outra perspectiva, e penso que non tardaremos en volver aos niveis anteriores ou a medrar, porque a recuperación estase producindo a un ritmo bo».

«Nótase —dice la directora del más antiguo de los faros conservados en el mundo— unha tendencia nos visitantes a volver, especialmente naqueles que temos máis preto, se cadra porque tamén hai moitas ganas de saír e de recuperar o tempo perdido». «E o patrimonio mundial —resalta— é un motor para as mentes, e do mesmo xeito que se pensa en saír a gozar do aire libre, pénsase tamén en descubrir novos lugares ou en repasar aqueles xa coñecidos».

El valor de la sensibilidad

«Por outra banda —añade Ana Santorum—, o patrimonio mundial non debe ser alleo ás situacións que vive a cidadanía, por moi afastadas que parezan do propiamente patrimonial ou cultural. O patrimonio —dice— pode acompañar, pode axudar no labor pedagóxico e pode dar esperanza, como de feito se fixo desde a Torre, tamén co obxectivo de facer ver que poñiamos o noso empeño para coidar a saúde dos demais. E quero crer que ese esforzo ten a súa recompensa».

Fortaleza de la ilustración

Mientras tanto, en Ferrol, y de acuerdo con los datos del Concello, el castillo de San Felipe, verdadero buque insignia de la candidatura ferrolana a Patrimonio de la Humanidad, ya recibió, durante la pasada Semana Santa, nada menos que 1.800 visitas. Un dato especialmente significativo si se tiene en cuenta que durante todo el 2021 recibió un total de 28.569, con julio (5.500) y agosto (casi 8.000) como mejores meses, y que en el 2020 la cifra total fue de 20.566 personas.

«Con la salida de la pandemia confiamos en recuperar los niveles previos al 2020 —dice la concejala de Turismo de Ferrol, María Teresa Deus—. Ferrol tiene opciones para todos los públicos y gustos —añade—. Podemos disfrutar de un paseo tranquilo por las calles del centro, contemplando su maravillosa arquitectura», y «también podemos disfrutar del patrimonio industrial, marítimo y militar de una urbe candidata a ser Patrimonio de la Humanidad». «El patrimonio de Ferrol destaca por su variedad y riqueza», dice, por su parte, Eva Martínez Montero, concejala de Patrimonio Histórico. Alrededor de la Ruta Modernista, que recorre los edificios diseñados por Rodolfo Ucha, se ha creado un nuevo recurso virtual: cada inmueble «cuenta con una nueva placa en su fachada desde la que se puede acceder, a través de un código QR, a una plataforma que facilita abundante información». Desde el pasado mes de septiembre, esa plataforma ha superado ya las 14.000 visitas.

Cruce de caminos

En Neda, donde confluyen caminos como los que llevan a Santiago de Compostela (Camino Inglés), como el de San Andrés de Teixido o como el Camiño do Bispo —que une Ferrolterra con Mondoñedo—, también se percibe que, poco a poco, quienes aman el patrimonio vuelven a visitar sus monumentos. «A xente vai volvendo —dice el párroco de Neda, Ramón Antonio López Rodríguez—. E tanto aquí, nas igrexas de San Nicolás e Santa María, como na de Santa Rita de Xuvia, que ten ao frente dela ese extraordinario sacerdote, e home de gran cultura que é Carlos Gómez Iglesias, estamos a facer todo canto está na nosa man para amosar o noso patrimonio cultural e para acoller a cantos veñen».