Arenales paradisíacos, entornos naturales de ensueño, tranquilidad absoluta, sosiego, relax... Es lo que te ofrecen estas playas a las que, eso sí, no podrás llegar en coche, porque todas ellas se ubican en las islas de nuestras rías
04 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Adreira, el rincón escondido de la Illa de Tambo
La de Tambo es la única gran isla del interior de la ría de Pontevedra. En su vertiente este se ubica la pequeña playa de Adreira, una cala de arena blanca, bordeada de rocas y un frondoso pinar. La orientación de la playa, protegida de los temporales del sur y situada ya muy en el interior de la ría, provoca que las aguas que llegan hasta ella lo hagan mansamente. Esa misma tranquilidad es la que se respira en el entorno del arenal y en el conjunto de la isla, en la que no hay ningún tipo de construcción habitada. La isla de Tambo, perteneciente al municipio de Poio, cuenta además, en su extremo noreste, con otra playa, la de Area da Illa, un poco mayor que la de Adreira pero también más concurrida. A cualquiera de las dos solo se puede acceder en barco privado.
San Martiño, las otras Cíes
La gran mayoría de las referencias de las Cíes tienen que ver con su isla central, la de O Faro, la única que mantiene líneas de conexión marítima con el continente. Sin embargo, el archipiélago que cierra la ría de Vigo cuenta con otros rincones que merece la pena descubrir. Uno de ellos es la playa de San Martiño, ubicada en la isla del mismo nombre, la que se encuentra más al sur. La playa, orientada completamente al este, cuenta con 500 metros de tranquilas aguas de intenso azul turquesa y arena fina y blanca. Se trata de un arenal muy poco concurrido, ya que solo se puede acceder a él con embarcación propia. Está reconocida como playa nudista por la Federación Española de Naturismo.
Sálvora, rodeada de historia y de naturaleza virgen
Ubicada frente a la boca de la ría de Arousa, y perteneciente al término municipal de Ribeira, la isla de Sálvora fue propiedad privada hasta el 2008. A partir de ese momento el acceso fue libre —si bien sujeto a las limitaciones que le impone formar parte del Parque Nacional das Illas Atlánticas—, por lo que son muchas las personas que escogen su tranquila playa do Almacén como destino. El arenal está orientado al noreste, protegido por una barrera rocosa que hace también las veces de muelle. En su extremo norte se halla el pazo de Sálvora (s. XVIII), hoy convertido en museo.
Rodas. Para algunos, la mejor playa del mundo
Así la proclamó en el año 2007 el diario británico «The Guardian», atendiendo a sus «cristalinas aguas color turquesa, su arena blanca y fina y los bosques y dunas que llegan hasta el propio arenal». La playa, que se extiende a lo largo de 1,3 kilómetros formando un arco perfecto, está dotada de servicios y vigilancia, ya que cuenta con Bandera Azul. La playa de Rodas, orientada al este, sirve de conexión entre las islas de Monteagudo y Faro. Justo detrás del arenal, se encuentra el lago dos Nenos, un humedal marino de gran valor ecológico. La playa se encuentra muy cerca del punto de atraque de las líneas de barcos que llegan a Cíes.
Areoso, el «Caribe gallego»
No tiene palmeras ni chiringuitos, y la temperatura de sus aguas dista mucho de las del otro lado del Atlántico, pero la intensidad del verde del mar que la bordea en contraste con el blanco de su arena la ha hecho merecedora de tal apelativo. Situada al oeste de A Illa de Arousa, municipio al que pertenece, tiene 600 metros de largo por apenas 200 de ancho y no cuenta con ninguna edificación. A ella se puede acceder en barco privado o alquilando un kayak en A Illa.
Melide, la joya de Ons
La playa de Melide es el destino preferente de quienes se acercan hasta la isla de Ons. Y no es de extrañar. Su estampa es de postal, con su blanco arenal bañado por un mar turquesa ante el que se abre la ría de Pontevedra. La playa se encuentra en el norte de la isla y a ella se accede recorriendo un sendero de dos kilómetros desde el núcleo poblacional de esta. Fue una de las primeras playas nudistas de Galicia.