La organización ya maneja incrementar la oferta ante la elevada demanda
05 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cualquier duda sobre la respuesta tras dos años de parón se disipó con rapidez y A Estrada se convirtió ayer en capital sidrera, con una alta respuesta de público dispuesto a degustar este producto artesano. En la novena edición de la Feira da Sidra se agotaban ya antes de comer los 2.000 vasos conmemorativos preparados por la organización para degustar la bebida entre la veintena de marcas locales y foráneas participantes. Hubo que echar mano de remanentes del 2019 para atender esa elevada demanda, en una jornada donde el buen tiempo animó a miles de personas a acercarse a la localidad estradense a disfrutar del buen comer y el buen beber.
Las expectativas de la asociación Maceira e Sidra se superaron con creces e incluso ya están animados para trabajar en un incremento de participantes en el 2023. Apuntaban a contar con al menos media docena más de marcas, entre ellas de productores británicos que este año tuvieron trabajas por el Brexit y no pudieron acudir, así como de una asociación navarra. Todo ello con el objetivo de incrementar la capacidad de servir dada la respuesta de público.
Entre los asistentes ayer estuvo el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien incluso se atrevió a escanciar un vaso, junto con el conselleiro de Medio Rural, José González, y el alcalde de A Estrada, José López. Rueda destacó la recuperación de esta feria tradicional tras su suspensión por la pandemia. Remarcó el liderazgo estradenses en Galicia en cuanto a producción de manzana de sidra, con 1,5 millones de kilogramos recogidos de media al año y con un centenar de hectáreas plantadas.
En esta edición fueron 21 los lagares presentes en A Estrada, cinco de ellos locales, junto a otros del resto de la geografía nacional además de Portugal, Francia, Alemania e Inglaterra. Maceira e Sidra acordó otorgar el galardón del Grolo de Ouro de este año a Jesús Gómez Solorzano, de la marca Somarroza de Cantabria. De esa forma se quiso reconocer su labor de muchos años por promover la cultura de la sidra y su consumo en una comunidad que no es productora, acudiendo además todos los años a la cita estradense.
Durante toda la jornada hubo actividades paralelas para ambientar la fiesta. El grupo de música tradicional A Roda abría el fuego al mediodía con una actuación, mientras que por la tarde tomaba el relevo La Quinkillada, con sus ritmos latinos. Un año en que por 5 euros se adquiría el vaso que permitía degustar sin límite sidra entre los lagares participantes, pudiéndose complementar con la oferta gastronómica de pinchos a 3 euros y tapas a 6 por parte de establecimientos hosteleros locales.