«Me duele todo el cuerpo y tengo muchísimas agujetas, pero llegar a la Catedral es muy emocionante y espectacular», dijo el exfutbolista brasileño tras completar el Camino de Santiago
08 jun 2022 . Actualizado a las 21:20 h.«Seguramente repetiré. No sé cuando, pero volveré. La próxima vez lo haré caminando». Son palabras de Ronaldo Nazário, que a las cuatro y siete minutos de la tarde de ayer entró en la praza do Obradoiro de la capital gallega. Fue la promesa que hizo si su Valladolid lograba el ascenso a Primera División. Los pucelanos regresaron a la élite y su presidente realizó cuatro etapas del Camino de Santiago en bicicleta eléctrica.
«Me duele todo el cuerpo, tengo muchísimas agujetas y me duele el culo de tantas horas en bicicleta». Así llegó al Obradoiro el exfubolista brasileño, que estuvo acompañado durante todo su viaje a Santiago por su pareja Celina, un fisioterapeuta, un mecánico y un par de personas de apoyo. Partió el domingo desde el estadio Nuevo José Zorrilla de Valladolid. «Fueron días muy complicados, duros de verdad, con etapas difíciles y de un gran esfuerzo», revela el brasileño.
«Durante estos cuatro días nos encontramos con gente maravillosa por el Camino, cada uno con una historia diferente. Nos contaron historias extraordinarias e increíbles. La verdad es que fue una gran experiencia, inolvidable. Recibimos mucho apoyo y percibimos un cariño enorme de toda la gente», cuenta uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol.
Ronaldo, que en España jugó en el Barcelona y en el Real Madrid, y en Italia llegó a defender las camisetas del Inter y del Milán, regresó a la capital gallega más de veintiséis años después de su primera y única cita con la ciudad del Apóstol. El 12 de octubre de 1996, el internacional brasileño firmó una de las mejores jugadas de la historia de la liga española en el estadio de San Lázaro. Fue con la camiseta del Barça. Regateó a todos los compostelanistas que le salieron al paso y batió con un disparo duro y ajustado al palo derecho al portero Fernando Peralta.
Fueron diez segundos y casi 50 metros para anotar uno de los goles más bellos del deporte rey español. Desde entonces, Ronaldo Nazário no había pisado suelo compostelano: «Todo esto es muy emocionante. Tengo muchas ganas de entrar en la Catedral y disfrutar de este momento. Claro que recuerdo aquel gol. Fue increíble, un gran gol, pero yo, personalmente, me quedo con todos los goles que marqué. Para mí todos son bonitos y me gustan». El campeón del mundo con Brasil subraya, además, que «esto es precioso. Nada más llegar ya se siente la energía que transmite toda la gente. Ves la emoción en la cara de todos los que aquí están. Me encontré con muchos compatriotas míos y el recibimiento fue espectacular».
El exfutbolista entró en la Catedral para «agradecer el gran año que tuvo el Valladolid y los títulos conseguidos por el Real Madrid, así como lo bien que a nivel personal y profesional me fueron las cosas. Fue un año completo y espectacular». Ahora, toca cambiar el chip y pensar en el futuro inmediato: «Llevo cuatro días desconectado, sin móvil, pero sé que mi director deportivo está trabajando muy duro. Sabemos como está el mercado y tenemos que hacer un esfuerzo para conseguir formar un equipo competitivo para seguir en Primera. Costó mucho llegar y vamos a luchar por subir un poco más el nivel», sentencia el presidente del Real Valladolid.
El brasileño no volvió a Santiago de Compostela desde 1996. En esa vista todavía era jugador del Barcelona, y marcó un gol mágico en San Lázaro.