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Marta Pazos, Berio Molina y Rosana Antolí convierten el CGAC en escenario

Montse García Iglesias
Montse garcía SANTIAGO / LA VOZ

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EXPOSICION O MUSEO COMO ESCENARIO EN EL CGAC
EXPOSICION O MUSEO COMO ESCENARIO EN EL CGAC XOAN A. SOLER

Los artistas crearon tres instalaciones específicas para el museo

11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Espectador y, por momentos, también actor. Sumergido junto a una ballena, en un barco o en un paraíso perdido y resistente dentro de una charca. Así se sentirá hasta el 2 de octubre el visitante del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), que se ha transformado en un espacio escénico con O museo como escenario, una exposición experimental que reúne instalaciones realizadas por los artistas Rosana Antolí, Berio Molina y Marta Pazos para tres espacios diferentes del edificio diseñado por Álvaro Siza. Una muestra que acerca de nuevo al CGAC las artes vivas, la performance y la escena.

Precisamente, las performance sirvieron para inaugurar ayer la muestra. Una acción que en el caso de Berio Molina (A Fonsagrada, 1979) se dilatará más en el tiempo. Hasta el próximo domingo 19 se quedará a vivir en el museo junto a Alejandra Pombo y Calís Pato. Él ha concebido el CGAC como un buque. En su terraza ha situado tres grandes bocinas que adquirió en La India. «Pensei en que pasaría por facer soar esa sinal nunha cidade que non ten porto, porque rompe o código», manifestó el artista. Todo lo que hagan durante las nueve jornadas será grabado y una vez que dejen el museo se exhibirá. Además, en Dislocación, los tres miembros del equipo realizarán diferentes intervenciones en el museo. Ya pasaron su primera noche alojados en el espacio de la ventana. «Escoitas cruxir o museo», afirmó el artista.

La directora escénica Marta Pazos (Pontevedra, 1976) también miró al mar para elegir a la protagonista de su instalación para el doble espacio del CGAC: la ballena. Muestra al cetáceo introduciéndose en una vulva. Todo ello en una instalación inmersiva marcada por la música y el color verde lima, que en el caso de la ballena es un verde Lamborghini. La artista juega mucho con el color, hasta el punto que cuando el visitante sale de esta pieza ve rosa la luz del pasillo del CGAC. «O público é artista, está metido na propia peza», afirmó Pazos. Una performance protagonizada por Lola Robles y Miguel Escabias, ambos actores ciegos, sirvió ayer para activar Contemplación. Hoy podrá verse otra vez a partir de las 18.00 horas.

O museo como escenario se completa con A charca, de la coreógrafa y artista visual Rosana Antolí (Alcoy, 1981), que se inspiró en los tardígrados, los seres vivos más resistentes de la Tierra que están preparados para la adaptación en condiciones. Antolí plantea la creación de unos seres híbridos introduciendo a los humanos ADN de los tardígrados. Además, sumerge al visitante en un paraíso perdido junto a una charca. En la propuesta se incluyen trabajos videográficos, esculturas y bases de música electrónica creadas por Pálida. La instalación fue activada en una performance con Mikel Aristegui, Mariña Ferreiro, Giovanni Peixoto y Nazaré da Vila. Repetirán el domingo a las 18.00 horas. «El reto fue hacer el proyecto en un museo. Quería que el espacio tuviera el rastro de que algo ha pasado o puede pasar», afirmó.

Con esta muestra, «o CGAC acolle as inquedanzas de artistas ligados á performance e ao teatro», dijo director del museo, Santiago Olmo. El proyecto fue comisariado por Performa, integrada por David Barro, Mónica Maneiro e Iñaki Martínez Antelo.