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Seis peregrinos con discapacidad vencen las barreras desde el Monte do Gozo en cinco horas y media

j. g. SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

El grupo de personas con discapacidades y personal que les acompañaban en el último tramo, ya en la zona monumental de la ciudad, antes de acceder al Obradoiro
El grupo de personas con discapacidades y personal que les acompañaban en el último tramo, ya en la zona monumental de la ciudad, antes de acceder al Obradoiro Sandra Alonso

Destacaron los beneficios de recorrer en cuatro días los 20 últimos kilómetros del Camino de Santiago

11 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Cando che dá un ictus pensas que se acabou todo na vida, e ao facer o Camiño e aproveitar os seus beneficios aprendes que hai máis cousas que facer». Así reaccionaba a las 14.30 horas de ayer, tras llegar al Obradoiro, José Suárez, un vecino de Teo, que asiste en el Cegadi al proyecto innovador para la atención de la discapacidad, promovido por Cogami, para ayudarle a superar las secuelas del ataque cerebral que le afectó hace año y medio.

Con José estaban Marilú Cruz, una joven venezolana que utiliza silla de ruedas, al igual que Diego de la Torre, vecino de Vedra; y venían además Manuel Ramón, vecino de Santiago; Esteban Núñez, de Vilagarcía; y José Manuel Lorenzo Nimo, de Boiro. Les acompañaban la logopeda Alba Pérez y profesionales de fisioterapia, terapia ocupacional, y tres más de Cogami, además de dos voluntarios de Protección Civil. Partieron a las 9.00 del Monte do Gozo y llegaron a la meta cinco horas y media después, tras vencer las barreras y dificultades que enfrentaron en el trayecto, y realizar paradas para descansar.

Los contratiempos fueron variados: desde un pinchazo en una rueda de la silla de ruedas de Diego; a tramos con excesivas piedras en los que tuvieron que ayudarles; escalones y otros. «Cando dixeron que podíamos facer os últimos quilómetros do Camiño pensamos que non nos falaban en serio. O máis difícil é asumir que se pode facer», manifestaba Esteban. Fue así porque «sacaron fuerzas no sabemos de dónde, pero les costó menos trabajo del que esperaban», enfatizaba Alba Pérez.

En el Cegadi, en Salgueiriños, hay más personas atendidas por este proyecto innovador de Cogami, pero no todas pudieron participar. Las restantes continuaron con sus actividades normales, a las que se reintegran el lunes las seis peregrinas. Estas seis tienen discapacidad severa y problemas de movilidad, por lo que se ayudan de sillas de ruedas manuales y bastones para desplazarse.

La etapa de ayer fue la última de las cuatro que organizaron esta semana. El lunes iniciaron el recorrido, entre Pedrouzo y el campo de fútbol de Reboredo. El martes y miércoles continuaron; descansaron el jueves y ayer completaron los 20 kilómetros que se proponían entre las cuatro jornadas. Al final les aguardaban además familiares, que incluso les llevaron sillas para facilitar su descanso. Cogami les entregó un documento de reconocimiento por su esfuerzo.

En el Obradoiro reconocían su cansancio, pero coincidían en su disposición para repetir. Sus familiares relataban cómo referían esta experiencia positiva.