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Isabel Arias: «Oyen hablar de alquiler vacacional y se piensan que va a ser Magaluf»

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso A CORUÑA / LA VOZ

VEN A GALICIA

Isabel Arias en uno de los alojamientos de A Coruña que ofrece como superanfitriona en la plataforma Airbnb, en Booking y Housing Coruña.
Isabel Arias en uno de los alojamientos de A Coruña que ofrece como superanfitriona en la plataforma Airbnb, en Booking y Housing Coruña. CÉSAR QUIAN

Las reservas vuelan en las cincuenta viviendas turísticas que gestiona en A Coruña

19 jun 2022 . Actualizado a las 13:36 h.

Vaya si ha cambiado la forma de viajar. Isabel Arias se estrenó hace cinco años en el alquiler turístico con un apartamento en la calle San Andrés y hoy tiene edificios enteros en el centro de A Coruña. Junto a su pequeño equipo, gestiona unos cincuenta alojamientos en varias plataformas. Catalogada como «superanfitriona» en Airbnb, contempla el futuro con un optimismo bien informado. Atiende a La Voz tras completar el autocheck de unos clientes neozelandeses.

—¿Cómo se presenta el primer verano postpandemia?

—Ahora mismo todo lo que gestiono lo tengo completo.

—¿Va camino del lleno?

—Tengo reservas para viviendas que aún estoy reformando...

—¿Hay que currárselo mucho para ser una superanfitriona?

—Mucho. Ser un superanfitrión cuesta lo suyo. La clave es que el huésped se sienta mejor que en su propia casa. Me dicen: «Es que me quedaría a vivir aquí».

—¿Usted cuando viaja se pilla un apartamento o va de hotelazo?

—Suelo viajar con Airbnb o Booking para ver cómo está la cosa.

—¿Y dónde se lo montan mejor?

—En Venecia hay sitios preciosos. Pero hay un perfil de cliente que siempre va a elegir un hotel, sea por el servicio de habitaciones, por la duración de la estancia o porque va una persona sola.

—¿Qué le dice a los detractores?

—Las comunidades de vecinos oyen hablar de alquiler vacacional y se piensan que esto va a ser Magaluf, voces, fiestas, tal... Y es al revés. Yo llevo cinco años y en la vida he tenido ninguna queja.

—¿Cómo es la oferta coruñesa?

—En pocos años ha crecido muchísimo. Cuando empecé tenía licencias con el número mil y ahora estamos cerca de las siete mil.

—Aquí es de las que más mueve.

—Casi llego a las cincuenta propiedades y ya voy por el tercer edificio, que estrenaré en julio. En invierno trabajo con agencias especializadas en empresas.

—¿Dónde están ubicados?

—En la calle Real, San Nicolás, Juan Flórez... Tengo alguna casa en Miño y Perbes, por cierto, ya reservadas para el verano desde el pasado mes de enero.

—¿Cuál es su hora punta?

—Los domingos a partir de las ocho de la tarde es una locura.

—¿Cómo es el huésped medio?

—Tiene más de 30 años y viene con la pareja o la familia.

—¿Qué buscan sus clientes?

—La situación y que sea un apartamento diferente, no solo una cama o una ducha. Buscan sitios bonitos y una buena gastronomía. Siempre me piden rutas y qué no deberían perderse.

—El precio irá en consonancia.

—Lo mío, en temporada alta, va desde 85 euros a 200 por noche.

—¿De cuán lejos llegan?

—Canadá, Australia... Países que no eran habituales antes del covid.

«Ofrezco servicios como llenarte la nevera, conseguir un canguro o que alguien te cocine»

Isabel Arias (León, 1965) lleva treinta años viviendo en A Coruña y antes solía venir de vacaciones. De aquellos veranos en apartamentos setenteros y de sus viajes como directiva del sector de las telecomunicaciones extrajo la conclusión de que había que profesionalizar el sector.

—¿Cómo se metió en esto?

—Tenía la impresión de que en A Coruña faltaba la oferta de alojamientos de un determinado nivel y con una determinada calidad. Además, nosotros ofrecemos cualquier tipo de servicio. Desde llenarte la nevera, recepcionar la compra, conseguir un canguro para los niños o que alguien te cocine o te acompañe al mercado. Trato de que los huéspedes se sientan a gusto. Algunos incluso me dicen: «Para qué ir a un hotel de cinco estrellas si he encontrado el apartamento de mis sueños».

—Alguna crítica recibirá.

—Me han dicho que el garaje les parece extraño, por ejemplo, porque es con ascensor. No se puede satisfacer a todo el mundo.

—¿A los huéspedes los puntúan?

—Es una opción que te da Airbnb. Si hay un huésped que no ha cumplido las normas, lo valoramos, para que otros anfitriones sepan qué pueden esperar de ti.

—Pero no siempre lo vemos.

—No, tienes que dejar una valoración para que lo puedas ver.

—¿Hay mucha oferta engañosa?

—Es bastante más seguro de lo que la gente piensa. Con malos comentarios reiterados, te cierran el alojamiento.

—Otra cosa es que no aciertes con la ubicación.

—O que no muestres todo lo que hay. A mí eso me haría sospechar.

—¿En qué hay que fijarse?

—En los comentarios de los otros clientes. Y otra cosa, yo siempre pediría fotos de todos los habitáculos de la vivienda.