La resurrección del Camino por la Costa dispara la apertura de albergues

La resurrección del Camino de Santiago por la Costa está disparando el número de albergues desde A Guarda hasta Vigo. Esta ruta jacobea recupera todo su atractivo y el empuje que tenía hace tan solo dos años, ya que era la de mayor crecimiento hasta el estallido de la pandemia del coronavirus, y vuelve a convertirse en un polo de atracción turística de cara al verano.

La recuperación de los caminantes extranjeros y el volumen de reservas pendientes tras dos años de pandemia ha hecho que el Camino Portugués tradicional tenga ya más visitantes que en el mejor año hasta la fecha. El de la Costa, aunque comenzó el año más tímidamente, acaba de igualar los datos del 2019, que son los mejores del histórico. No es de extrañar por ello que los albergues vayan en aumento.

Hace solo quince días que abrió uno en Baiona y el próximo mes lo hará otro. Ambos se sitúan en primera línea de playa, a algo más de kilómetro de distancia: uno está en la avenida de Monterreal, en el centro urbano de la villa, y el Playa de Sabarís, sobre la salida ya hacia Nigrán. Este último, que ha puesto en marcha el empresario y restaurador local Javier Martínez, se estrenó con una pareja de peregrinos para los que ya no había sitio en los otros dos albergues que hay en Baiona, lo que evidencia que Santiago sigue caminando hacia un récord de peregrinos en este insólito Xacobeo. Los cuatro son privados y los dos primeros, que abrieron sus puertas en el 2018, ya han colgado el cartel de completo en varias ocasiones este año, lo que evidencia la demanda. Incluso, pese a que en Baiona muchos peregrinos optan por hoteles que hacen precios especiales para los clientes de la ruta jacobea.

Abril y mayo marcan récords en el Camino Portugués, con mil caminantes más que hace dos años. Se han alcanzado los 19.389 peregrinos y fulminando todos los registros. El Camino de la Costa consigue igualar los datos del ejercicio 2019, pero el salto es especialmente significativo ya que fue la ruta que más sufrió el impacto del confinamiento. Entre abril y mayo, recorrieron el camino que va pegado al litoral un total de 4.633 personas, solo 202 menos que hace tres años.

En Oia, había dos albergues y esta semana abrirá el tercero. «Tenemos una media de seis peregrinos desde que abrimos. La primera venía de Taiwán», indica Cristina Salgado. Está al frente, con su marido Patrick Soja, del Albergue da Estrela, ubicado en la parroquia de Viladesuso. «La segunda vez en mi vida que pasé por esta carretera ya compré la casa», explica entusiasmada con un proyecto en común en el que conjugan sus trayectorias personales y profesionales ya que Soja tenía un hotel en el Cabo de Gata. «Nos encontramos con la casa y el lugar que cumplía todos los requisitos por azar», explican los anfitriones de este albergue en el que hay dos habitaciones con 10 y 6 camas, respectivamente, y unas vistas inmejorables.

En A Guarda vuelve a funcionar el albergue privado de O Peirao, además del municipal. Y en Vigo se reactivan el vecinal de O Freixo, en la parroquia de Valadares. El público que gestiona la Xunta en O Berbés registró el pasado mayo 804 hospedados, su mayor cifra hasta la fecha, y en lo que va de año ya suma 1.889 peregrinos. Las instalaciones, poco a poco, se confirman como un referente del Camino, ya que se trata del alojamiento más grande de toda la ruta: sus seis plantas tienen capacidad para 93 personas en siete habitaciones. Con cocina, comedor, zona de ocio y aseos.

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