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Guía para conocer los castros más singulares de Lugo

Lucía Blanco LUGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

La provincia cuenta con algunos de los asentamientos mejor conservados de toda la comunidad

27 jun 2022 . Actualizado a las 20:14 h.

Viajar al pasado es posible gracias a los restos de los antiguos poblados «castrexos» que alberga la provincia de Lugo. La cultura de los castros ha dejado un valioso patrimonio histórico, seña de identidad de la comunidad, que permite acercarse al modo de vida de los protagonistas de la Edad de Hierro y de Bronce. Aunque algunos de ellos no son tan antiguos, pues los «castrexos» convivieron con la admininistración del Imperio Romano, muchas de estas joyas arqueológicas nos trasladan a la época prerromana, como el castro de Arxeriz, en O Saviñao.

Estos recintos fortificados, rodeados generalmente de fosos y de murallas, estaban situados en particulares emplazamientos. Las montañas y los terrenos elevados o próximos a la costa suelen ser las ubicaciones del legado «castrexo», pues aprovechaban la naturaleza como medio de defensa. Esto explica que las colinas, como en el caso del castro de Viladonga, y el litoral gallego, en el que destaca el de Fazouro, sean enclaves estratégicos para los asentamientos.

Buena conservación

El buen estado de conservación de estos yacimientos como lo demuestra, entre otros, el de Castromaior, en Portomarín, permiten trasladarse a este periodo que marcó la historia de la provincia. Además, su localización en zonas de gran actividad agrícola o minera, como demuestra el de Santa María de Cervantes, ofrecen la posibilidad de conocer los labores que formaban parte del día a día de los habitantes de estos poblados. A su vez, también merecen una visita los castros de Vilar en O Courel o el de Penas do Castelo, en A Pobra do Brollón, uno de los últimos excavados.