Las plazas de alojamiento aumentarán en un centenar con cuatro nuevos negocios
26 jun 2022 . Actualizado a las 19:46 h.Alojarse en un entorno natural, en ocasiones casi aislado, pero con las comodidades propias de un hotel de lujo. Es lo que ha dado en llamarse glamping —mezcla de glamur y cámping— y está más de moda que nunca. También en el área barbanzana, donde municipios como Mazaricos están experimentando un auténtico bum en esta nueva modalidad turística. Tanto es así que, en pocas semanas, entrarán en funcionamiento cuatro nuevos establecimientos de este tipo que ampliarán en casi un centenar el número de plazas de alojamiento disponibles en el ayuntamiento.
En este sentido, el de mayor capacidad es también el primero que tiene previsto abrir sus puertas. Se trata del campamento Mirador do Ézaro, situado en el núcleo de O Fieiro y formado por siete cabañas con capacidad para albergar a casi una treintena de personas. Sus comodidades van desde la bañera de hidromasaje a la cocina completa. Aunque si de algo podrán disfrutar quienes opten por hospedarse en este complejo —los promotores esperan cerrar las primeras reservas durante la próxima semana— es de un entorno natural privilegiado a los pies del monte Pindo y del embalse de Santa Uxía.
Un paisaje al que nada tienen que envidiar los bungalós situados en el entorno del complejo de ocio y aeródromo Naturmaz, en pleno embalse de A Fervenza. Un innovador concepto de campamento turístico —se llamará Air Fervenza y será el único de España de este tipo— que abrirá sus puertas a lo largo del mes de julio apostando por ofrecer una temática puramente aérea. Ya no solo en la decoración interior de los alojamientos, sino en todo su entorno que, de cumplirse lo recogido en el proyecto, tendrá una imagen similar a la de un aeropuerto en cuanto a marcas viales y señalización.
Contenedores reciclados
La oferta se completa con el campamento A Quinta das Bouzas, construido en la aldea del mismo nombre, en la parroquia de Coiro, y con O Refuxio dos Cebreiros, en Asenso, al lado de la carretera que une Santa Comba y Muros. El primero tiene cinco alojamientos independientes —cada uno con dos habitaciones— y el segundo cuatro, fabricados a partir de contenedores marítimos reciclados que destacan por su decoración rústica y el entorno natural en el que se ubican.
Lejos de tratarse de proyectos puntuales, este fenómeno hostelero está en plena fase de crecimiento, como señalan desde el Concello. Reconocen el interés de más promotores por poner en marcha proyectos similares. La posibilidad de construir campamentos turísticos en suelos calificados como de protección rural abre el camino a que Mazaricos se convierta en un municipio de referencia en este ámbito.