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De ruta por las tripas y el alma del Gaiás, en Santiago

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

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La Cidade da Cultura cumple diez años con visitas a espacios inaccesibles

28 jun 2022 . Actualizado a las 00:22 h.

La Cidade da Cultura de Santiago es un compendio de interrogantes una vez superada la curiosidad de cuánto costó construirlo, que es lo primero que cualquiera se pregunta cuando ya desde lejos vislumbra las estructuras del inacabado y reconfigurado complejo diseñado por Peter Eisenman.

Para dar respuesta a preguntas como qué significan algunos elementos, por dónde entran las mercancías y en qué lugar están las puertas secundarias de acceso están las visitas guiadas, unos recorridos que este año, por vez primera, han permitido conocer las tripas y el alma del Gaiás. Lo consiguen adentrándose en su complejísima estructura mediante un viaje no apto para personas con vértigo o problemas de movilidad. Tanto es así que esta actividad obligó a remodelar parcialmente el acceso a varios espacios en los que trabaja el personal de mantenimiento.

Una de las actividades estrenadas y cuya continuidad no está, en principio, sobre la mesa, es la visita guiada «Baixo a pel do Museo», un recorrido con la que se festejó el décimo aniversario del Museo Centro Gaiás, el ondulado edificio de 16.000 metros cuadrados y 43 metros de altura.

La visita, para grupos reducidos, comienza con pinceladas sobre el porqué del diseño, con una línea de luz que reproduce la cota de la montaña sobre la que está edificado el museo. También explica cómo es posible que no se perciba tubería alguna, ya que todas las instalaciones están ocultas dentro de las columnas. Y esto es posible porque, pese a ser pilares con un grosor variable para ajustarse al peso que soportan, su cobertura exterior es idéntica, lo que permite que los más estrechos escondan las canalizaciones, que a su vez resultan muy accesibles.

El verdadero atractivo de la visita es lo que los guías de esta aventura denominan «as áreas máis indecorosas». Para acercarse a las más altas e inaccesibles es necesario subir una empinada escalera a la que se accede desde el mismo corazón del museo. Eso sí, en la visita no se llega a ellas por un ascensor normal, sino por el montacargas por el que entran las obras de arte, un ascensor gigante con capacidad para trasladar a 146 personas y soportar una carga de 11 toneladas.

La guinda de la visita está bajo la cubierta, un entramado de metal, espuma, cemento y yeso que asemeja al interior de un organismo vivo de grandes costillas que sustentan la piel de piedra museo, un exterior accesible solo para personal especializado.

Superada la experiencia de la altura, la visita permite conocer una terraza oculta que rara vez se puede abrir para no alterar la temperatura de las salas del museo, un punto desde el que se ve nítidamente la Catedral, una panorámica del Gaiás y vistas al resto de edificios que forman la Cidade da Cultura con perspectivas desconocidas. Tras conocer la cima del museo, el recorrido baja a los cimientos, cargados de sorpresas, como el equipamiento para regular la temperatura de todo el complejo. Pero si algo llama la atención a pie de suelo es la galería de túneles subterráneos por la que acceden las obras y que está inmortalizada en muchas películas como El Desconocido o series como La Unidad. Y con la sensación de que el Museo Centro Gaiás es un gigante vivo termina la inusual visita.

La visita guiada «Gaiás secreto» sí está disponible hasta septiembre

El recorrido por los interiores del Museo ya no está disponible, pero la Cidade da Cultura ofrece hasta septiembre la posibilidad de disfrutar los fines de semana y días festivos de una ruta parecida. Es el «Gaiás Secreto» que también permite conocer la tripas y el alma de otros edificios, como la Biblioteca de Galicia.

También incluye recorridos por lugares comunes a la visita del décimo aniversario del museo, como la red de túneles de acceso, con respuestas a todas las dudas y curiosidades que genera el enorme complejo.