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Carballo: tierra, aire, agua y el fuego de San Xoán

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

VEN A GALICIA

ANA GARCIA

La capital de Bergantiños es un gran centro turístico de naturaleza, además de un destino de ocio y cultura en la Costa da Morte

30 jun 2022 . Actualizado a las 15:20 h.

Suena a tópico el empleo de los cuatro elementos para describir lo que ofrece Carballo a los visitantes, pero la realidad es que se queda corto. Empezando por el fuego, identidad festiva del San Xoán que se acaba de despedir hasta el año que viene tras cubrir el cielo del humo de este municipio de mil cachelas. Un cielo muy valorado por parapentistas e incluso aviadores que con frecuencia aprenden a volar o se recrean sobre el interior y el litoral. La tierra. El interior, en un cóctel de oferta que pasan por el megalitismo, los castros, el arte urbano, áreas naturales, senderismo, ferias y mercados, mucha oferta hotelera y buenas comunicaciones para conectar con el resto de la Costa da Morte y con los dos aeropuertos. Es curioso el contraste que, dentro de la comarca, permite gozar Carballo: pasar de ese bule-bule del núcleo urbano a una costa a la carta, solitaria para quien guste y también plena de servicios. Un bullicio de una villa urbana dinámica que a lo largo del año reparte fiestas y festivales, como los internaciones FIOT de teatro o el Rexenera de arte urbano; el musical de Rockin' o el Interplay de contenidos audiovisuales. Y una hostelería muy variada.

Todo ello con los pies en la tierra, porque cuando se meten en el agua es cuando la variedad se dispara. Empezando por el histórico balneario, único de la zona y uno de los dos de la provincia. El río Anllóns, que lo vertebra casi todo, desde una comarca como Bergantiños a un enorme paseo entre árboles y las huellas del pan que caracteriza a Carballo. La costa: playas grandes y calas medio escondidas por la marea alta, surf, espacios naturales protegidos, la laguna de Baldaio, áreas para caminar, campamentos, actividades dinamizadoras y didácticas durante todo el verano... Mucha agua, dulce y salada, y para todo el año.

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Cascadas

Para verlas y recorrerlas, desde el inicio de la ruta en A Brea, en la capital municipal, hasta San Paio, en Entrecruces, y en medio la de Rus. Es verano, pero aún llevan agua suficiente para disfrutar de las vistas.

Ferias

Segundos, cuartos y últimos domingos, repartidas entre la plaza y el barrio de A Milagrosa, y con el casco urbano a rebosar. También todos los jueves, pero solo en la plaza y el jardín.

Dolmen de Aldemunde

Una pieza importante en el parque megalítico de la Costa da Morte, dentro de un patrimonio arqueológico en el que hay que incluir numerosos castros, de Entrecruces a Santa Irena. Y Lubiáns, claro, puente de origen romano.

la leyenda

Carballo es tierra de aguas medicinales, pero no solo en el balneario urbano. En Rus, en la zona de A Braña, sigue existiendo un pozo cuya agua fue muy demandada, y llamada de agua negra. Dice la leyenda que quedó así tras el baño de un gato negro. Y que a veces, del fondo, salen gritos.

el secreto

A veces, lo que está a la vista pasa desapercibido. Una buena manera de recorrer el casco urbano es hacerlo a través de sus esculturas: de Alfredo Brañas a las propuestas contemporáneas de Facal, de la dedicada al pan a las impactantes de Fabián Lage y otros artistas actuales (y locales).

En destacado

Arte: Cinco obras nuevas por artistas de prestigio acaban de incrementar el censo (superan ya el centenar) de este enorme museo abierto por todo el casco urbano.

Litoral: En Carballo hay playas kilométricas, pero también áreas de acantilados en uno y otro extremo, testigos de los naufragios de otros tiempos. Que los hubo, y muchos.

O Bosque: Conectado por varias vías cona el casco urbano, el Bosque do Añón, paralelo al río Anllóns, es un pequeño jardín botánico silvestre por el que pasean cientos de personas.