Durante toda la jornada, la villa marinera acogió numerosas actividades
04 jul 2022 . Actualizado a las 12:36 h.Los truenos y chaparrones con los que se despertó ayer A Guarda dieron paso a mediodía a un apacible domingo repleto de actividades con el que el Concello ponía punto final a la trigésima edición de la Festa da Langosta e da Cociña Mariñeira. La gastronomía, la música en directo y las travesías a bordo del barco tradicional O Piueiro han sido los principales atractivos de una fiesta que se ha prolongado tres días y de la que han disfrutado numerosos vecinos y visitantes.
Desde el Concello se dan por satisfechos por haber cumplido con el objetivo de agradar a todos en el treinta aniversario de una celebración, que comenzó en 1991 por la inusual abundancia de este crustáceo en sus costas y que ahora, salvo los dos años más duros de la pandemia, no ha dejado de crecer en admiradores.
Además de los vecinos, estos días en A Guarda se dieron cita numerosos turistas, otro de los objetivos de la celebración. Entre ellos, algunos de los músicos participantes en el Festival Mar de Blues, que el sábado a mediodía se acercaron hasta el monte Tegra para admirar el paisaje desde la cima. El alcalde de A Guarda, Antonio Lomba; la teniente de alcalde, Montserrat Magallanes; y el concejal de Fiestas y Turismo, Rafa Álvarez, subieron al escenario del festival para agradecer a los intérpretes su participación en el evento y regalarles algunos recuerdos de la villa y de su paso por la fiesta.
Durante el día de ayer, los protagonistas gastronómicos fueron la langosta y otros manjares marinos y, ya por la tarde, O Piueiro, que realizó viajes para mostrar a los visitantes la navegación del barco con el que los marineros guardeses iban hasta Gran Sol.
A los atractivos de la jornada se sumaron la ruta de las cetarias y del Museo del Mar, los pasacalles, el vermú marinero y la feria de artesanía. El broche de oro de la jornada lo puso la cantante Erea Castro.