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Viveiro y los fans dan al Resu más grande y difícil otro sobresaliente

Iván Díaz Rolle
I. DÍAZ ROLLE VIVEIRO / LA VOZ

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Pepa Losada

La cancelación de Korn y la lluvia no impidieron una jornada final apoteósica

04 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Llevamos toda la semana a tope. Ojalá el Resu durase todo el mes». El comentario ayer del propietario de un conocido establecimiento hostelero de Viveiro es un sentir casi unánime en la ciudad. Supermercados, diversos comercios, bares y restaurantes se lucraron del desembarco de una marea de miles de fans que volvieron a convertir la ciudad en la capital mundial del metal, punk y hardcore tres años después.

Pese a las múltiples dificultades, el Resurrection Fest Estrella Galicia 2022, el más grande y difícil desde que comenzó a celebrarse en el 2006, se cerró con un mayoritario buen sabor de boca para quienes disfrutaron de cinco días de desenfreno y para quienes los recibieron. La lluvia que condicionó la jornada del domingo y la cancelación a primera hora de la mañana de la actuación de Korn fueron la metáfora perfecta de las dificultades para sacar adelante una edición más gigante que nunca, con más días, hasta 120 conciertos en los cuatro escenarios y 140.000 entradas vendidas y más de 30.000 espectadores diarios desde el jueves al domingo.

La mayoría de ellos repetían, atraídos por el cartel y los atractivos de Viveiro, y ya habían comprado sus tiques antes de que la pandemia obligase a cancelar la edición del 2020. Para entonces, el gran cabeza de cartel anunciado era System of a Down. Cuando se reconfiguró la agenda, Avenged Sevenfold estaba llamado a ser el gran protagonista. Ninguno de los dos pudo estar en Viveiro. Luego se cayeron Madball, Spiritbox y, a pocas horas de actuar ayer, Korn.

«Ha sido el año más complicado de todos en cuanto a logística y transportes», admitió una organización que aún así ofreció cinco jornadas apoteósicas con Deftones, el 50 aniversario de Judas Priest, Sepultura, Rise Against, el brutal espectáculo de Sabaton, Gojira y Crossfaith, entre otros muchos.

Un Resu colorido

Los tonos negros que durante toda la semana han teñido la ciudad de Viveiro y sus alrededores, con varias zonas de acampada y los conciertos en Celeiro, dieron paso a un colorido total ayer. La lluvia no impidió que siguiese la fiesta, fue un aliciente más que las decenas de miles de fans que aprovecharon el festival hasta el final encontraron la forma de disfrutar, pero sí obligó a vestir chubasqueros y ropas de agua de múltiples colores. El ambiente durante los shows de Electric Callboy, uno de los más disfrutados el domingo, la irreverente Frutería Toñi o el último gran cabeza de cartel, Bring Me The Horizon, ya de madrugada, dejaron los últimos grandes sonidos e imágenes de este Resurrection Fest en Viveiro.

Los organizadores, obligados a reconfigurar todos los horarios del día por la baja

«Estamos devastados por esta noticia. Tras haber cambiado toda la programación del festival para este domingo para poder salvar el concierto de la banda, el infortunio ha querido jugarnos una nueva mala pasada», lamentó el Resurrection Fes a primera hora de la mañana. Tras adelantar su concierto a las 16.15 por un problema con el vuelo de vuelta, finalmente lo cancelaron «por una vería en su avión privado» que les impidió desplazarse desde «el lado de Europa». «Hemos hecho todo lo posible, pero a veces todo lo posible no es suficiente», lamentaron unos organizadores que se vieron obligados a modificar todos los horarios de conciertos en el Main Stage con sus puertas ya abiertas y recibieron algunas críticas, pero también apoyos.