El restaurante del Mazo de Santa Comba, a 15 minutos de Lugo, reabrirá en agosto
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Enrique Reigosa recupera las instalaciones, cerradas desde noviembre, para devolverles su antigua carta en un complejo envuelto por el río Chamoso
07 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Un bosque de ribera, repleto de alisos, carballos y un sinfín de especies más sirve como carta de bienvenida al llegar al Conxunto Etnográfico do Mazo de Santa Comba, un lugar envuelto por el río Chamoso y que consta de varias edificaciones, recuperadas por la Diputación de Lugo hace años. Una de ellas alberga un molino que aún se considera intacto, y que disfrutan escolares de la provincia que se acercan hasta este bosque encantado para disfrutar de la naturaleza.
El mazo, situado a 15 minutos de la ciudad amurallada, fue construido a principios del siglo XX y en lo que en tiempos fue un aserradero ahora hay un restaurante. Aunque O Mazo de Santa Comba —así se llama— cerró sus puertas en noviembre con motivo de la jubilación del antiguo gerente, pronto resurgirá para volver a cobrar vida, y estará en manos de Enrique Reigosa, antiguo empleado del local que ha conseguido por dos años la concesión que hace la Diputación de este espacio.
Puesta a punto
Reigosa tiene previsto que la reapertura sea en agosto, aunque todavía está ultimando la puesta a punto del complejo, tras varios meses cerrado, y contratando personal para trabajar. «Vou intentar mantelo como estaba; eu estiven traballando no restaurante durante máis de oito anos e comprobei que á xente gustáballe. Sempre funcionou ben», añade el nuevo gerente.
En el interior de la casa en la que se encuentra el restaurante destacan los grandes ventanales con vistas directas sobre el afluente del río Miño. La mezcla de piedra y madera se fusionaban con la vegetación exterior y el Mazo de Santas Comba se posiciona como una alternativa para los que quieren salir del municipio de Lugo para desconectar y evitar grandes trayectos.
Comida «da terra»
En cuanto al menú, Enrique Reigosa sostiene que será el mismo de antes. Adelanta que habrá muchos entrantes, que incluyen croquetas caseras, pulpo, verduras, carne de ternera, de vaca, zamburiñas, bacalao, truchas, anguilas... En cuanto a los postres, una tentación para los más golosos, el empresario los recuerda de memoria: «Cañas, tarta de queixo, de orujo, de tres chocolates, flan de ovo ou de café, mousse de limón e natillas».
Reigosa, que en una primera instancia llegó hasta el restaurante del Mazo de Santa Comba como extra los fines de semana para después quedarse indefinidamente, volverá a dar vida al complejo. «A min sempre me gustou moito, e xa o antigo dono me fixo alusión a esta posibilidade, polo que eu quixen aproveitala tal e como estou facendo», declara.
Se buscan dos personas para trabajar en cocina
El gerente del restaurante busca a dos personas para trabajar en la cocina y los interesados pueden enviar un correo a enrique.rgomez@hotmail.com. En total, habrá cuatro trabajadores.