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Investigando puentes, carballeiras, iglesias y cruceiros por Vedra adelante

cristóbal ramírez SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

CRISTÓBAL RAMÍREZ

La complicidad entre puente Busacos y la carballeira de O Souto

09 jul 2022 . Actualizado a las 04:50 h.

En el fondo, es toda una sorpresa que a alguien no se le haya ocurrido que habiendo un puente medieval no por pasara por él un Camino de Santiago, empeñado como está este país en que cada aldea tenga su ruta jacobea. Pero no, aún quedan magníficos monumentos como el puente Busacos, en Vedra, que son auténticas obras de arte en un entorno impoluto y que se «venden» por sí solas. Pero en absoluto es el único atractivo de una ruta relajante por ese municipio.

Así que después de tirar hacia Ourense por la carretera nacional y subir a Susana, al final de la recta se desvía una vía a la derecha señalizada San Fins (0,6) y Vedra (6). También figura un cartel morado que indica que por ahí se va a la Casa das Artes, edificio que para nada se merece una visita.

Y al minuto, nuevo desvío señalizado al puente, justo después de donde se acaba el asfalto, en un paraje muy curioso porque, además de impoluto, acoge un grupo de ¡palmeras!

CRISTÓBAL RAMÍREZ

La obra en sí se nota cuidada tanto en origen como ahora mismo, con sus dos arcos y su tajamar de gran grosor que impide que las aguas de una pequeña corriente golpeen directamente contra los sillares. Desde luego, por encima de él transcurría un camino medieval, pero —hay que repetir— no existe ni la mínima prueba de que transitasen por ella peregrinos rumbo a Compostela. Por ahí se hizo pasar una ruta de senderismo, pero esa es otra historia.

De nuevo en la carretera, la siguiente parada debe ser la iglesia de San Fiz de Sales, que queda, bien visible, a la derecha. Ahí, con un cruceiro más o menos en el medio y buena hierba alrededor, se extiende una superficie donde los más pequeños de la familia pueden corretear a sus anchas. Es la carballeira de O Souto, una obra que le ocupó cuatro años a la asociación del mismo nombre. Todo un ejemplo.

El edificio muestra grandes volúmenes, y ello hace suponer que la zona no vivía en la (relativa) pobreza. Conclusión: o bien existía otro templo allí y se encontraba en mal estado, siendo sustituido por el actual, o es este un edificio «ex novo». Esa (relativa) riqueza hace pensar en que la obra actual se enclava en el barroco, del XVIII, un siglo donde creció la población, creció la producción y aumentaron los alimentos. La documentación apunta que los trabajos se llevaron a cabo entre 1722 y 1744.

La descripción oficial añade que presenta planta de cruz latina, que un arco de medio punto divide la capilla mayor en dos tramos, que esta tiene bóvedas de cañón, que el retablo principal (también barroco) data de 1737 y que llama la atención una Virgen Dolorosa de tamaño casi natural.

Tres puntualizaciones más antes de despedirse de San Fiz: cuenta con un pequeño parque infantil, el vía crucis es cuando menos original y el cementerio muestra una elegancia de la que carece la mayor parte de sus equivalentes gallegos. Y por cierto, ante la fachada principal se extienden numerosas tumbas en tierra.

No hace falta ser historiador o arqueólogo para saber que si hay iglesia hay castro. En efecto, el afán cristianizador implicó acabar de una manera simbólica con aquellos lugares donde se adoraban a dioses paganos. De modo que el desafío consiste en esa aldea prehistórica.

Está muy cerca, y a sus pies se han levantado algunas viviendas modernas que conforman un pequeño núcleo de nombre —¡claro está!— Castro. Una pista va bordeando un otero a 122 metros tan solo sobre el nivel de las olas. Ahí está el yacimiento, terreno privado, con sus murallas exteriores a simple vista.

Siguiendo la estrecha pista se desemboca en una carretera. A la izquierda ya se ve otro templo de respetables proporciones. Es Santo André de Illobre, topónimo este último que remite a los tiempos en los que las legiones romanas no habían llegado al noroeste peninsular. Un buen final para una excursión sencilla y sin complicaciones.