En Meis, San Benito se celebra comiendo garbanzos y este domingo se sumaron a la tradición cuatro mil personas
10 jul 2022 . Actualizado a las 20:11 h.La alcaldesa de Meis, Marta Giráldez, respiraba más tranquila a las cinco de la tarde: todo había salido bien. El calor del sábado no estropeó los callos —ya ocurrió en alguna ocasión— y tampoco estropeó la fiesta, que volvió a reunir al mediodía a miles de personas en el Campo da Feira. Muchos optaron por comerse la tapa de garbanzos allí mismo; otros se los llevaron en un táper para servirlos en casa, en familia. En total se prepararon 2,5 toneladas para casi seis mil raciones y se despacharon unas cuatro mil, a siete euros cada una. En 2019 se agotaron, y aunque en estos casos lo que apetece es entregar la comida sobrante a comedores sociales, la prudencia aconsejó no hacerlo por aquello de garantizar la seguridad alimentaria. Lo dicho, las altas temperaturas no son el mejor aliado para los cocidos de este tipo, y hoy a las dos de la tarde el reloj marcaba 28 grados en Mosteiro. En la costa, el aire de niebla refrescó el ambiente, pero tierra adentro, el sol hacía justicia.
Pese a todo, el personal no faltó a su cita con los callos de San Benito, tampoco la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, que no dejó de acompañar a la alcaldesa y a los demás comensales en este día tan especial para Meis. La fiesta sigue esta noche con un concierto de Budiño, que, finalmente, no pudo estar el anoche para poner un toque de gaita en el concierto que ofreció Kiko Veneno.
El lunes, día de San Benito, continúa la fiesta en Mosteiro, con misas, procesión, sesión vermú, fiesta infantil con hinchables a las cinco de la tarde y una invitación a bailar por la noche con Crónicas del Pop. Se pondrá así fin a una semana en las que hubo mucho más que gastronomía y música. También hubo deporte, y haciendo deporte, en la BTT celebrada por la mañana por el Monte Castrove, se registró el único incidente a reseñar; la caída de un ciclista que se saldó con un golpe en un brazo y su traslado al Hospital Domínguez. Por lo demás la alcaldesa se muestra satisfecha con unos festejos que valora de forma «moi positiva» y que abren el calendario gastronómico del verano en O Salnés, con el permiso de las sardiñadas, las churrascadas y demás atracones de los últimos días. Los 30 grados a la sombra, cuando se trata de comer, ¿son un problema?