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Ocho grupos animaron con sus cantos Etnoeume, en A Capela, con menos público por el calor

A. C. A CAPELA / LA VOZ

VEN A GALICIA

Junto al mercado de artesanía hubo demostraciones de talla

11 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta vez, el buen tiempo jugó en contra de un evento al aire libre. Las altas temperaturas restaron afluencia a la feria etnográfica organizada por el museo de A Capela. Etnoeume perdió público por el calor, aunque los asistentes no abandonaron el buen ánimo en ningún momento. El mercado de artesanía tradicional y moderna, antigüedades y artículos de segundo mano, que se desarrolló a lo largo de toda la jornada de ayer, estuvo amenizado por los cantos de ocho grupos: Os Xotas, Os Sobraos, Cantareiros do Naval, Axóuxere, As Revoltosas de Antonia, Alarcón, Silbarda y Cantaberneiros.

Las demostraciones de oficios tradicionales fueron otro de los atractivos de la feria, con participación de cesteiros, hilanderas, un selleiro, un tallista, torneros, zapateros o un zoqueiro. También acudieron As lavandeiras de Sillobre y el asturiano Eugenio Linares, criado en Estaca de Bares, realizó dos demostraciones de talla de madera con motosierra, una por la mañana y otra por la tarde. Quienes se acercaron al Pazo, donde se encuentra el Museo Etnográfico da Capela, también pudieron participar en los desafíos rurales, además de degustar pulpo á feira o churrasco.

Juegos tradicionales

La tarde arrancó con una sesión de juegos tradicionales para menores, a cargo de Os Enredos d'Antón. La música siguió con un concierto de Arnela y también se realizó un sorteo de regalos y se entregaron los premios de las distintas pruebas. La jornada culminó con más desafíos rurales y una tradicional foliada.

Entre los artesanos y el resto de vendedores que se sumaron a esta cita figuraban As Lolas da Cascarilla, la Casa do Mel de Goente, la Cooperativa Campo Capela, el taller de restauración de Sillobre o las Fiandeiras de Cabanas Rural. «Hai moita animación e moita música, pero fáltanos algo de xente para a feira», reconocía a media tarde Secundino García, responsable de la organización. Esperaba que a última hora, si el calor daba una tregua, llegase más gente al recinto, después de dos años sin celebración debido a la pandemia.