El público disfrutó a lo grande en Vigo del concierto del colombiano bailando todos sus éxitos
14 jul 2022 . Actualizado a las 12:48 h.La rebequita, ese acompañamiento impreso en el ADN de los gallegos, sobraba anoche en Castrelos. Aun así, había quien no pudo separarse de ese elemento que te salva de la humedad y las nieblas, pero lejos de refrescar en el concierto de Sebastián Yatra, subió la temperatura. Miles de personas acudieron a la cita con la estrella colombiana que ayer protagonizaba la segunda cita a lo grande de las Fiestas de Vigo que la ciudadanía ha abrazado con ganas los encuentros masivos tras dos años evitándolos. Ríos de gente bajaban por la avenida de Castrelos para hacerse con un buen sitio en las gradas y disfrutar de un show en el que los niños también tenían su porcentaje de diversión.
Ha sido un largo invierno visionando una y otra vez Encanto, y en las casas se corea el tema principal como en su día se sufrió sin rechistar la melodía de Frozen. Es lo que toca. Esperando a que sonara la preciosa balada de las Dos oruguitas, pequeños, muchos medianos y algunos grandes disfrutaron de un espectáculo que el cantante y compositor estrenó en España hace muy poco. Lo hizo en el festival O Son do Camiño el mes pasado con su Dharma Tour, que recorre el país de norte a sur en poco más de un mes.
Al ritmo de Melancólicos anónimos salió Sebastián Yatra al escenario de Castrelos, previa presentación del alcalde, curtido ya como animador dando paso cada noche al que toca y reconociendo que hizo, sin éxito, gestiones para que bajara el calor.
El repertorio del músico da para moverse mucho y temas como Tacones Rojos, Traicionera, Sutra, Chica ideal... pusieron al auditorio a botar sin descanso (sobre todo con Tacones rojos, que toda la audiencia coreó con él en una noche tropical cargada de energía, entre pop y cadencias de reguetón dio tregua con sus baladas que suenan a todas horas en las plataformas digitales).
Fueron casi dos horas en las que el artista de Medellín se hizo con un público entregado a la fiesta e hizo un repaso por casi todos sus éxitos, que no son pocos. El joven de 27 años, aunque acostumbrado ya a actuar ante miles de personas, se asombró de la respuesta viguesa y se despidió de la ciudad con mucho amor, como al que él canta en sus letras.