Arrancó el domingo, pero ayer volvió a empezar con la llegada masiva de «folkies» y las noches eternas en la Alameda. Aún queda juerga para rato
15 jul 2022 . Actualizado a las 20:48 h.Fransy, Davide e Cibrán, y Tanxugueiras abrieron el Festival de Ortigueira, el domingo, pero ayer volvió a empezar todo. El peregrinaje no cesa desde el fin de semana. «Lo previsible es que a partir de hoy venga la gran oleada», pronosticaba ayer la Policía Local, centrada en «los controles de prevención». «Hay mucha gente, ya estamos cansadas como si ya fuera domingo, y aún queda lo más fuerte», apuntaba Raquel Bellas, tendera. Estos días vende, sobre todo, «cerveza, en todas sus variedades, garrafas de agua e hielo, y mucho pan... y también carne para churrasco».
«Na confitería estase traballando moi ben e tamén temos encargos de pan», abunda Suso Cornide, de la panadería y cafetería Dolan. Antes repartían a los bares y ahora se limitan al despacho. «O festival sempre me pillou traballando, salvo o primeiro ano, un domingo pola tarde con catro ou cinco grupos... caéranos un turbón de auga!», recuerda. En el bar Caracas, junto al Malecón, van de abarrote en abarrote desde el domingo. «A veces no sé ni qué grupos están tocando aquí, hay dos o tres a la vez... el problema es la infraestructura, no puedes dar cobertura a todo el mundo», señala el dueño, Antón Mera, que ahora cuenta con tres refuerzos. «El resto del año —recalca— me basto yo solo».
En la empanadería Cantón, la campanilla de la puerta no deja de sonar. «El domingo ya llegaban las colas al Malecón. Hay momentos», cuentan. Cierran de cuatro a siete para respirar y sirven raciones de pizza y empanada hasta la madrugada: «Muchos llevan ya para desayunar». En la feria de artesanía, la vida se hace de noche. «Este ano, ao ser máis días, nótanse máis as carencias. Hai que dinamizar o pobo, motivar á xente da praia para que veña polo día... Non hai ningunha actividade para os nenos», reclaman algunos vendedores. Proponen pequeños conciertos, espectáculos circenses, yincanas y hasta unas olimpiadas rurales.
Cada año acude más gente al puesto de comida vegana. Para Thorsten, alemán del norte de Frankfurt asentado en Lourenzá, es la primera vez en el Mundo Celta. «Todo es cuero auténtico, en algunas piezas combinado con ganchillo», explica en un buen castellano (en 2014 recaló en Canarias y ya no ha dejado España). «Practico español, pero mi barriga es gallega», ríe. También toca e imparte talleres de percusión (en Ortigueira lo haría encantado). Ana Freiría, viguesa, crea bisutería de cobre reciclado (con pátinas de oxidación), plata y latón. Sorprenden los anillos y los pendientes con réplicas de las ferreñas de las panderetas.
La brisa refresca la Alameda, con pruebas de sonido en el escenario, terrazas llenas y camiones reponiendo cerveza. María, opositora, disfruta de su única semana de vacaciones de todo el año junto a las también coruñesas Ana, profesora de saxofón, y Antía, informática. «Nos gusta por el ambiente, la música... y porque no es nada conflictivo. Como chica, vas tranquila por el cámping, sin miedo a que te pase algo», coinciden. Sin tregua a la música y la diversión.
La Escola de Gaitas, Susana Seivane y Red Hot Chilli Pipers, esta noche
Durante el día habrá pasacalles de la Banda de Gaites El Gumil & el Grupo de Baile Tradicional Fitoria (13.30 horas), la Asociación de Música y Danza Tradicional Queiroa (17.45), Bagad de Vannes Melinerion (18.15) y la Banda de Gaitas de Guillarei (20.00). Caldo tocará en el Teatro de Beneficencia (19.00) y en el escenario principal lo harán Johnston Pipe Band (21.00), Caamaño & Ameixeiras (21.45), la Escola de Gaitas de Ortigueira (23.00, uno de los conciertos más esperados y más aplaudidos del Mundo Celta), Susana Seivane (00.15) y Red Hot Chilli Pipers (01.30).