Esta propiedad en la ría de Muros-Noia es de libre acceso en su espacio público
20 jul 2022 . Actualizado a las 02:02 h.A un paso de Santiago, en la ría de Muros-Noia, hay un tesoro por descubrir: la isla de A Creba. Son algo más de siete hectáreas de propiedad privada, pero abierta al público en el área delimitada por la Ley de Costas, que es la zona pública por donde se accede y el perímetro, donde se puede disfrutar de un placentero paseo por el camino que rodea este promontorio separado apenas 250 metros del punto costero más próximo y que cíclicamente salta a la actualidad por la demanda de que pase a titularidad pública.
El BNG acaba de presentar, y de perder por falta de apoyos, dos iniciativas, una en el Concello de Muros y otra en el Parlamento de Galicia, donde el PP lo acusó de utilizar electoralmente este tema cada cuatro años. A Creba está inscrita en el Registro de la Propiedad desde hace justamente cien años, en 1922, y es privada «desde tiempo inmemorial», según manifestaron los anteriores propietarios, una treintena de titulares pertenecientes mayoritariamente a las familias Gerpe y Canay, de Serra de Outes, cuando se la adquirió, hace 56 años, la compostelana Penas Gerpe.
La titularidad privada está plenamente documentada y con todo amparo legal, como consta en la documentación del Registro de la Propiedad y las licencias otorgadas a los actuales propietarios, que a principios de los años 80 construyeron una casa en lo alto del islote. Son licencias del Concello de Outes, a cuyo término se consideraba que pertenecía A Creba hasta que documentación hallada en 1988 del deslinde del Instituto Geográfico Nacional de 1920 la sitúa en Muros. De hecho, ni siquiera este último Concello tenía constancia documentada de que el islote estuviese dentro de sus límites, como certificó en 1987 su secretario municipal: «Examinados los antecedentes obrantes en el archivo de mi cargo resulta que la isla denominada Creba o Quiebra, sita en la ría de Muros y que linda por todos sus vientos con mar, no figura incluida en el inventario de bienes de este Ayuntamiento, con la calidad de patrimoniales o de otra clase».
Sin objeciones
Hasta 1988, las obras acometidas en la isla —que no tiene reconocido valor natural alguno— se realizaron en propiedad privada, con licencia y sin que nadie, ni en Outes ni en Muros, pusiese objeción alguna.
Con la adscripción de la isla al término municipal de Muros empezaron a agitarse las reivindicaciones sobre el islote, así como las iniciativas contra actuaciones como las obras para una explotación de rodaballo y almeja, que fue paralizada. El dique, sin acabar por revocar los permisos, buscaba rentabilizar ese proyecto.
En todo este tiempo, la familia propietaria ha trabajado en la regeneración de A Creba, que cuando la adquirió era tojo y roca y ahora es un vergel que disfrutan vecinos y visitantes que se acercan en sus embarcaciones, y que reconocen que «cada año que pasa, la isla está más bonita». Mientras, la propiedad asiste sorprendida a las expresiones de demagogia que rodean a las reivindicaciones sobre la isla, en velada alusión a que ponen el foco únicamente sobre esta y no sobre otras muchas que hay en el litoral gallego, incluso en la misma ría de Muros-Noia, como la de Santa Catalina; que en Esteiro se haya podido edificar sobre la arena de la playa sin que el Concello de Muros lo haya impedido; o que el BNG reclame el reconocimiento de propiedad de los vecinos de Ons sobre las viviendas de esta isla.