Centenares de personas siguieron la cita desde la icónica cuesta de A Mámoa
17 jul 2022 . Actualizado a las 22:52 h.Sí, el Jran Prix de Carrilanas por fin ha vuelto. El que es sin duda uno de los platos estrella de la Festa da Dorna regresó por todo lo alto. Lo hizo además con ingenio, guasa e ingeniería dorneira, un cóctel que jamás defrauda. Había ganas de vibrar con los bólidos, o por lo menos así lo constataron los centenares de personas de todas las edades que se dieron cita en una cuesta de A Mámoa que, si no lo era antes, la marea dorneira ya ha convertido en icónica.
Tras el descenso de los Festicultores arrancó un Jran Prix en el que hubo hueco para el furgón de la Xarda Sivil, el arca de Noé de Derrape Mental, el Jusano Rabudo y un faro de Corrubedo que pasó a manos de los vecinos de Olveira. Ellos no se olvidan que las dunas caen en sus dominios. No faltaron tampoco adelantamientos tan arriesgados como frenéticos. Pero en la Dorna es así, o se baja la Mámoa con ganas de comerse el mundo o es mejor plegar velas y volver a casa. No hay término medio.
Celeridad
La motocicleta de Cajarría de Arousa fue una de las más rápidas del certamen, pero además de la velocidad importó lo mordaz y contestatario. Con la inflación y la gasolina por las nubes, los dorneiros vieron como el camión de Resol bajaba camino a la línea de meta, punto en el que se estrelló uno de los bólidos, que por fortuna pudo seguir su camino hacia el final.
No le quedaba otra opción. Esto acaba de empezar. Queda una semana de Dorna por delante.