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Felipe VI se solidariza con los afectados por los incendios: «Galicia sabe bien lo que es sufrir este azote»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

VEN A GALICIA

El rey apela al Apóstol para encontrar «certezas» en esta época de incertidumbres sanitarias, económicas y de paz

25 jul 2022 . Actualizado a las 23:34 h.

Por tercer año consecutivo el rey Felipe VI realizó la ofrenda al Apóstol del 25 de julio. Lo hizo acompañado por la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Sus primeras palabras dentro de la basílica fueron para lamentar los incendios que estas semanas arrasan distintos puntos de la geografía española, entre ellos Galicia, y para mostrar su solidaridad con los afectados. «Quiero transmitir nuestro cariño y apoyo a todas las personas que han sufrido y que todavía sufren las terribles consecuencias de los incendios que están asolando tantos lugares de España». En concreto se refirió a la comunidad gallega, «que sabe bien lo que es sufrir el azote de los incendios y también ha padecido de manera intensa esta última oleada de fuego».

Felipe VI agradeció el esfuerzo de todos los que participaron en las tareas de extinción y pidió al Apóstol Santiago «la protección de quienes luchan día a día contra este drama». El rey, en su tercera ofrenda consecutiva, recordó que Europa nació de la peregrinación, por lo que el Camino «puede decirse que fue el primer proyecto europeo común». Un proyecto común que cobra especial relevancia ahora, «cuando el horror de la guerra reaparece en el viejo continente», por lo que es preciso reivindicar unidos «los valores cívicos, culturales y espirituales del Camino de Santiago». 

La primera parte de este bienio Xacobeo, el 2021, estuvo muy marcado por la pandemia, pero lejos de lo que se esperaba, insistió Felipe VI, «en este 2022 las incertidumbres permanecen, no solo en el ámbito sanitario, sino también las relacionadas con la paz o con la economía». Por ello el Rey pidió al Apóstol «que nos axude a atopar certezas que sirvan de guía no noso vieiro de aquí en adiante», resaltó tras cambiarse al gallego en su parte final de la ofrenda.

Esta ofrenda es una tradición de la Corona que se mantiene desde el año 1643 y que adoptó Felipe IV, «y se adapta a los tiempos sin dejar de respetar y perfeccionar su esencia». Para finalizar, el rey agradeció al Apóstol su protección y pidió ayuda «para que nuestro país dé los pasos correctos en esta etapa no exenta de obstáculos».

Durante la homilía tanto Letizia como sus hijas hicieron uso de sus abanicos ante el calor que se registraba en el templo, sobre todo la benjamina, Sofía. En el momento de darse la paz los reyes dieron un beso a sus hijas, mientras que ninguno de ellos comulgó cuando se repartió la hostia sagrada.

Los reyes, acompañados por sus hijas, llegaron a la praza do Obradoiro a las doce del mediodía, en donde les esperaban numerosas autoridades, entre ellas el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, las vicepresidentas del Gobierno central, Yolanda Díaz y Nadia Calviño, o el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo. La compañía de honores mixta, formada por la Brilat de Pontevedra e infantería y marina de Ferrol, interpretó una pequeña parte del himno de España y después el rey pasó revista a las tropas. Tras saludar a las autoridades concentradas en el Obradoiro la comitiva accedió a la Catedral de Santiago a través de la escalinata principal y arropada por los aplausos de los cientos de ciudadanos que pudieron acceder a esta plaza.

Tras terminar la misa la familia real volvió a la plaza del Obradoiro en donde tres miembros de la Patrulla Acrobática del Ejército del Aire y del Espacio descendieron al Obradoiro en paracaídas. Los reyes también saludaron a los jóvenes integrantes de la ruta Quetzal y al escultor Manolo Paz, que expone una obra de sus obras en esta plaza de forma temporal. El acto oficial finalizó con la firma en el Libro de Oro del Concello por parte de sus majestades, que regresan después a Madrid.

Pedro Sánchez felicita a los gallegos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publicó en su cuenta de Twitter un mensaje de felicitación a los gallegos «no Día de Galicia». Sánchez recordó un «25 de xullo» marcado por los incendios, «en el que reivindicamos la fortaleza que esta tierra demuestra siempre en los momentos de más dificultad. Juntos hemos vencido los mayores retos y así nos sobrepondremos también de esta adversidad».

Del vestido bicolor de la princesa Leonor a los paracaidistas con las banderas oficiales

La visita de la familia real fue breve, pero los actos se multiplicaron en tres horas

Elisa Álvarez

Mal día para visitar el casco histórico de la capital de Galicia en pleno 25 de julio. La almendra se cierra a cal y canto, más si recibe la visita de la familia real al completo: Felipe y Letizia y sus hijas Leonor y Sofía. Como los avisos tampoco son muchos, zonas tan turísticas como la rúa Carretas —en donde se encuentra la oficina del Peregrino— o la de San Francisco, acceso a la catedral de Santiago para la mayoría de turistas, repetían la misma escena durante toda la mañana. «Por aquí no se puede pasar», insistían los policías nacionales, para decepción o enfado de los visitantes. Sí accedieron al Obradoiro varios cientos de ciudadanos (unos doscientos), lo que permitió que los reyes recibiesen el aplauso y los vítores de la gente al acceder a la catedral. Por lo demás, la plaza se reservó a autoridades, militares y varias decenas de periodistas, entre ellos históricos como Pedro Piqueras.

Las Autoridades

Casi las mismas caras. La familia real, como siempre, llegó puntualísima. Y fue recibida casi exactamente por las mismas autoridades que el mismo día de hace un año. También entonces estaban las vicepresidentas gallegas Nadia Calviño y Yolanda Díaz, el presidente del Parlamento, el delegado del Gobierno y Alberto Núñez Feijoo. En este caso, eso sí, como presidente del Partido Popular y no como presidente de la Xunta. Se incorporó a esta comitiva Alfonso Rueda, actual presidente de la Xunta. A los reyes, que accedieron en coche hasta el Obradoiro, los aplaudieron ya desde la avenida de Xoán XXIII, en donde se concentraron algunos visitantes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no estuvo en Santiago, pero felicitó a los gallegos a través de Twitter en un 25 de julio marcado por los incendios «en el que reivindicamos la fortaleza que esta tierra demuestra siempre en los momentos de más dificultad».

Los estilismos

El color, exclusivo de ellas. El día grande de Galicia llevó la elegancia al Obradoiro, habituado a los estilismos de peregrinos y turistas, pero no la originalidad, al menos no en los representantes masculinos. Traje oscuro con corbata azul y verde en la mayoría de los presentes. Del color se encargaron ellas, sobre todo la reina y sus hijas. Letizia optó por el naranja, la princesa Leonor por un vestido bicolor naranja y rosa fucsia en un estilo similar al de su madre y que al parecer puede adquirirse por menos de 90 euros. La infanta Sofía, siempre con un estilo más infantil acorde a su edad, optó por el azul. El color también lo pusieron la vicepresidenta Nadia Calviño, de rojo, o alguna conselleira del Gobierno gallego.

La homilía

Charlas durante la celebración. La hora y media que duró la homilía dejó tiempo para que los que ocupaban el mismo banco pudiesen hacer comentarios. Alfonso Rueda, al lado de Nadia Calviño, o Alberto Núñez Feijoo con Yolanda Díaz, fueron algunos ejemplos. Los reyes y sus hijas, atentas a la ceremonia, también se susurraron algunas frases y ellas dieron uso de los abanicos que llevaban en el templo. Sobre todo la benjamina, que no paró de airearse casi toda la misa. El botafumeiro volvió a sorprender, y a la hora de darse la paz, mientras las autoridades optaban por un apretón de manos, la familia real se decantó por un beso en la mejilla.

Paracaidistas

Portando dos banderas. Uno de los momentos llamativos de la mañana fue el descenso de tres paracaidistas portando las banderas de España y Galicia. Las autoridades contemplaron con interés el aterrizaje desde la escalinata de la catedral, y algunos curiosos bromeaban con un error de puntería de los militares, que los llevase con la enorme bandera española a la praza da Quintana, en donde el BNG cerraba su acto central del 25 de julio.

ofrenda a rosalía

En Bonaval. Ya por la tarde, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, junto al presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, acudieron a Bonaval para realizar la tradicional ofrenda floral a Rosalía de Castro.