Patrocinado por

A Calzada, una playa de «agua fresca donde se está a gusto»

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTE CALDELAS / LA VOZ

VEN A GALICIA

Una familia de turistas catalanes disfrutando de la playa fluvial de A Calzada
Una familia de turistas catalanes disfrutando de la playa fluvial de A Calzada M.G.

El espacio fluvial de Ponte Caldelas goza del beneplácito de vecinos y turistas, que si algo echan de menos es a los socorristas

26 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Este agua no se puede comparar con el Mediterráneo. Aquí el agua está fresca y se está a gusto». Así se expresa, en la playa fluvial de A Calzada, una familia de turistas de Barcelona, Manuel y Leticia, con su hija, y que descubrieron Ponte Caldelas de forma inesperada. «Nos perdimos buscando un restaurante y nos recomendó el dueño, que viniésemos aquí», señala Leticia. No se arrepienten. Encontraron lo que buscaban: agua limpia y fresca para bañarse, una localidad tranquila, un buen establecimiento para alojarse y una gastronomía abundante donde elegir.

Sol y playa, pero de mar no de río, es el reclamo turístico más conocido por los visitantes a la comarca de Pontevedra. Precisamente este reclamo también atrajo a esta familia catalana a tierras gallegas. Sin embargo, para ellos fue toda una sorpresa encontrar una localidad como Ponte Caldelas. «Esto es fantástico», sostiene Manuel, mientras nada plácidamente en el río Verdugo.

El río está prácticamente vacío a la una de la tarde en un día laboral. Toda la playa es para los bañistas que no trabajan en julio y uno apunta: «Ven por la tarde, después de comer, no por la mañana. Esto se llena de gente». Mientras en otras partes de la provincia las altas temperaturas hacen que el agua esté caliente, en algunos casos hasta los 24 grados; en el Verdugo, se está mejor. Además los bañistas siempre se pueden proteger en el río a la sombra de los árboles de la orilla a las horas punta del día.

El agua baja despacio hasta la represa que sirve para dar calado a la playa fluvial. Al otro lado, un recinto donde el agua no llega a las rodillas de un adulto, sirve para que los padres puedan bañar a sus hijos más pequeños sin riesgos. Más allá se extiende el paseo fluvial que llega hasta el casco urbano de Ponte Caldelas, en un trayecto donde la mitad del itinerario es peatonal. En este ámbito también hay un aparcamiento de autocaravanas.

Gerardo, coruñés, es otro de los bañistas que nada en el río caldelano. Expresa la que quizás sea la queja más generalizada por los usuarios. «Todavía no hay socorristas», puntualiza. Ni los habrá. A Calzada es bandera azul, fue la primera playa fluvial de España en recibir este distintivo, pero no podrá izarlo. La escasez de socorristas es un problema que sufren muchos concellos pequeños y Ponte Caldelas no logró sortear esta escasez.