El castillo de A Pena, en Xinzo, muestra a los visitantes sus nuevos hallazgos

Han sido muchos meses de trabajos y de sorpresas para el equipo de técnicos que han estado trabajando en el castillo de A Pena, tanto en las tareas de excavación arqueológica como de limpieza de muros y maleza, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Lo han podido comprobar quienes el pasado sábado se animaron a participar en la primera visita organizada por la Xunta entre los restos de esta fortaleza tras una intervención que tuvo un coste de más de 200.000 euros. Israel Picón, director de proyecto, fue el encargado de guiar este recorrido y explicar los principales hallazgos que convierten a este entorno en un nuevo atractivo turístico dentro del patrimonio cultural de Xinzo de Limia. Se ha creado un circuito con paneles informativos que explican las características principales de este castillo y las diferentes estructuras conservadas. Durante el desarrollo de este proyecto, que incluyó trabajos de excavación, consolidación y acondicionamiento, se localizaron nuevas estancias, se mejoró el torreón y se limpió la muralla que presenta alturas visibles de hasta cinco metros.

Desde la Xunta se explica que esta fase de los trabajos, da continuidad a dos campañas anteriores de sondeos arqueológicos impulsados desde la Consellería de Cultura para evaluar el estado de conservación del conjunto. Ha permitido documentar una linea de muralla interior y también se localizó un tramo de la exterior que estaba tapada por escombros. También se descubrieron otras construcciones y pavimentos en la zona norte y se identificó un torreón más pequeño, realizado en cantería regular y que se presume que está relacionado con el sistema de acceso a la torre. La superficie principal de la excavación arqueológica se centró en el frontal sur de la torre del homenaje hacia la muralla exterior y, entre las sorpresas positivas que encontraron los equipos arqueológicos, destacan estancias en un «relativo» buen estado, con más de un metro de alturas de muro e incluso una puerta que permanece íntegra. También encontraron un aljibe que fue realizado aprovechando parcialmente afloramientos graníticos naturales, con una pila o pozo. Además de consolidó la torre del homenaje, el elemento quizá más conocido hasta ahora del castillo.

De hecho, según recuerdan desde el Concello de Xinzo, esta torre ha sido un símbolo del patrimonio cultural. Apuntan que la construcción era conocida popularmente como  Castelo da Porteliña. Levantada en el siglo XII la edificación fue abandonada seis siglos después y tan solo se conservaba en un estado aceptable esa torre que, junto a otras de la comarca, como la del castillo de Sandiás, el de A forxa o la desaparecida torre de Celme, componían una emblemática estampa de la comarca.

La torre del homenaje del castillo de A Pena tiene aproximadamente 10,30 metros de lado y 20 metros de altura máxima.Su fábrica, prácticamente cuadrada, es de cantería regular y su interior se divide en bajo y dos plantas mediante tres bóvedas de cañón.

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