Vecinos y turistas abarrotaron en su primer día el evento, uno de los pocos que se mantuvieron abiertos en la pandemia
31 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La feria Mostrart volvió un año más a los jardines de Méndez Núñez para llenar de artesanía la ciudad herculina. No descansa. Ni siquiera en los años de pandemia. De hecho, fue uno de los pocos eventos que se mantuvieron durante la época de restricciones. Desde Salamanca, Vigo, Santiago, Cabanas, Moaña y Cambre llegan artesanos para vender sus productos hechos a mano. Muchos de ellos son repetidores, porque esta feria tiene algo especial que hace que vuelvan cada verano. Pero también los hay principiantes que, si todo sale bien, regresarán en próximas ediciones.
La inquietud hizo que Rosa Higuero se convirtiera en artesana. La tradición familiar motivó que Arantxa se uniese al Taller Cruz, fundado en 1910. La pasión por la pintura llevó a María Feijoo a crear sus piezas de seda artesanales. El gusto de poder inmortalizar cualquier cosa que se encuentra en la naturaleza llamó a Diana Oliveira a crear piezas de cobre. Y el entusiasmo por crear productos de cuero hizo que Isaac lo tuviera claro: desde los 14 años su sueño era dedicarse a la artesanía. ¿Lo mejor de ser artesano? Todos dicen lo mismo, la independencia. Geli Fraga lo sabe bien: «Aquí tienes un horario durante un mes (de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 22.00 horas), pero el resto del año estás a tu aire en el taller». Y eso, según ella, «es una gozada».
Una feria pura
Esta es una feria de artesanía pura y es lo que llama la atención de la gente que pasea por el centro de la ciudad. Muchos se animan a comprar pero otros siguen teniendo miedo por la situación económica actual. Aún así, según relata Diana Oliveira, si la feria es de calidad y todo es artesanal, la gente se va a interesar en ella. «A xente está interesada en volver ao tradicional e non en comprar produtos que estean feitos con máquinas», explica la artesana.
Todas las ferias esconden secretos y los puestos un sinfín de historias que merecen la pena contar. Regal Cerámica es uno de ellos. Cuentan que algo mágico de trabajar de cara al público son las anécdotas que se llevan a casa. Una vez una mujer mexicana quiso comprar un regalo para llevar a su país natal. La pieza de la torre de Hércules no le convencía. Le ofrecieron una bailarina que llevaba escrita la letra de A saia da Carolina. Y, sin duda, fue la mejor elección. Para Diana Oliveira esta es una de las ferias de artesanía mejor consolidadas de Galicia. María Feijoo, de Pintura sobre seda, opina lo mismo: «El ritmo y el movimiento de la gente es lo que más me gusta».