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Qué ver en Galicia: diez lugares que visitar en la ría de Arousa

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Bateas en la ría de Arousa.
Bateas en la ría de Arousa. Martina Miser

El desembarco vikingo de Catoira, la Festa do Albariño de Cambados o la del agua de Vilagarcía son las excusas perfectas para apartar un rato la copa y descubrir el margen pontevedrés de este destino paradisíaco

04 ago 2022 . Actualizado a las 19:05 h.

De los vikingos de Catoira al vino de Cambados, pasando por el agua de Vilagarcía o la exaltación de los berberechos de Vilanova. Arousa será un hervidero de planes las próximas jornadas. Una excusa perfecta para aparcar la copa por un rato y descubrir este destino paradisíaco, que atrae a miles de turistas cada verano. Al tratarse de la ría más extensa de Galicia y la que divide las provincias de A Coruña y Pontevedra, nos centraremos el margen pontevedrés. Desde el río Ulla hasta la isla de Sálvora, pasando por A Illa y O Grove, estos son diez lugares que debes visitar sí o sí.

Torres de Oeste, en Catoira

Torres de Oeste en Catoira
Torres de Oeste en Catoira MARTINA MISER

Cada primer domingo de agosto sufren la invasión de hordas de vikingos. ¿Sabes de qué hablamos? Las Torres de Oeste de Catoira. Este lugar está en realidad a orillas del río Ulla, pero resulta una visita imprescindible si uno está en la zona. Sobre todo, este fin de semana, ya que el día 7 se celebra el desembarco tras dos años de paz por la pandemia.

Las Torres de Oeste son en realidad las ruinas de un castillo que servía para proteger Santiago de los intentos de invasión, como el que se rememora en la Romaría Vikinga de Catoira. Durante los siglos IX y X, fueron varias las ocasiones en que esta fortaleza actuó como «llave y sello de Galicia», ya que desde allí se impedía el paso de los barcos de la ría de Arousa al río Ulla. Una ruta vinculada a la tradición xacobea, que cuenta que fue el itinerario realizado por los restos del Apóstol.

Una visita a este enclave permite también disfrutar de un paseo por las pasarelas de madera que la rodean y que se han convertido en todo un paraíso para los instagramers.

Pazo de Fefiñáns, en Cambados

Las fortalezas defensivas como la de Catoira se extienden a lo largo de toda la ría de Arousa. Sin ir más lejos, ni en el tiempo ni en el espacio, uno de los símbolos más reconocibles de la capital del albariño es la torre de San Sadurniño. Sí, hablamos de la postal más típica de Cambados. Esa que podrán ver (puede que alguno incluso por partida doble), quienes vayan a celebrar la Festa do Albariño. Esas mismas personas podrán disfrutar de los conciertos en otro de los puntos más conocidos de la villa: la plaza de Fefiñáns, que recibe el nombre de un pazo que bien merece una visita.

El pazo de Fefiñáns fue construido en el siglo XVI. De estilo renacentista, sufrió ampliaciones y modificaciones al ritmo que sus llaves cambiaban de manos. Así, se convirtió en un lienzo pétreo donde se puede leer la historia y el legado arquitectónico de Cambados. En la actualidad, alberga dos bodegas de vino con D.O. Rías Baixas, por lo que es necesario pagar entrada. Lo positivo es que esta puede incluir degustaciones.

Mirador de monte Lobeira, em Vilanova

Mirador del monte Lobeira, en Vilanova.
Mirador del monte Lobeira, en Vilanova. MARTINA MISER

Arousa es tierra de vinos. Una forma de comprobarlo es buscar desde las alturas los innumerables viñedos plantados en sus tierras. Un ejemplo es el mirador del monte Lobeira. Ubicado en Vilanova, donde este fin de semana se celebra la fiesta de exaltación del mejillón, es el balcón por excelencia del margen pontevedrés de la ría. La vista abarca desde O Grove hasta Catoira, pasando por el valle del Umia e incluso la isla de Ons, ya en la ría de Pontevedra.

La panorámica más espectacular se alcanza desde la Cruz de Lobeira, un monumento a las víctimas del mar situado a casi 300 metros de altura. Subir hasta allí permite, además, pasear entre mámoas y resquicios de la época castrexa.

Castro Alobre, en Vilagarcía

Yacimiento del castro Alobre, en Vilagarcía.
Yacimiento del castro Alobre, en Vilagarcía. MONICA IRAGO

Pero si lo que quieres es viajar al la época de los celtas, el yacimiento mejor conservado se encuentra en Vilagarcía. Se trata del castro Alobre, un asentamiento que data del siglo I a. C. y que estuvo habitado hasta el siglo V. Está situado en O Montiño, junto al casco urbano, por lo que solo tendrás que alejarte unos minutos de los cubos y pistolas de la Festa da Auga para visitarlo.

Isla de Cortegada

Isla de Cortegada, en el interior de la ría de Arousa.
Isla de Cortegada, en el interior de la ría de Arousa. MANUEL MARRAS

También en el municipio de Vilagarcía, en concreto en sus aguas, se encuentra la isla de Cortegada. La gran desconocida del Parque Nacional das Illas Atlánticas es un tesoro que merece la pena explorar. Entre otras cosas, porque salvaguarda uno de los pocos bosques de laureles que existen en el mundo. Además, entre sus árboles centenarios se puede encontrar una aldea abandonada y las ruinas de una ermita, la de la Virgen de los Milagros, que atraía a numerosos peregrinos por sus propiedades curativas. Llegar a la isla supone toda una experiencia, ya que solo se puede acceder surcando la ría.

Faro de Punta Cabalo, en A Illa

Playa y faro de Punta Cabalo, en A Illa.
Playa y faro de Punta Cabalo, en A Illa. MONICA IRAGO

La ría de Arousa cuenta en realidad con numerosas islas e islotes, pero las que no responden, a día de hoy, al significado de aislamiento. Es el caso de A Illa, uno de los enclaves más turísticos de la zona, a la que se puede acceder por un puente. Todo el municipio cuenta con la declaración de reserva natural y, aunque la zona norte está urbanizada, en el sur se respira naturaleza. Sin embargo, para intentar preservar la conservación de su ecosistema en estos meses de gran afluencia de visitantes, la recomendación es visitar Punta Cabalo.

Situado en la zona norte del municipio, el faro de Punta Cabalo se ubica sobre una península de rocas. En sus alrededores se puede disfrutar tanto de un chapuzón en sus calas como de una tarde de terraceo en sus chiringuitos.

Playa de A Lanzada, en O Grove

Playa de A Lanzada, en O Grove.
Playa de A Lanzada, en O Grove. ADRIÁN BAÚLDE

Pero si que quieres es darte un baño de masas, la playa más emblemático para el turismo de la zona es A Lanzada. Está situada en el istmo que une O Grove con Sanxenxo. Cuenta con dos kilómetros de arena fina que cada verano acogen las toallas y tumbonas de quienes quieren disfrutar de un día de sol, practicar surf o participar en uno de los ritos de fecundidad más conocidos de Galicia. Según la leyenda, las mujeres que quieran quedarse embarazadas, deben saltar nueve olas en la noche del último sábado de agosto, en el solsticio de verano o en San Xoán.

Sendero de Pedras Negras, en O Grove

Sendero de Pedras Negras, en O Grove.
Sendero de Pedras Negras, en O Grove. MONICA IRAGO

También en O Grove se puede disfrutar de planes más activos que tumbarse en la toalla. Por ejemplo, pasear por el sendero de Pedras Negras, que une el famoso puerto deportivo de San Vicente do Mar con la playa de Canelas. Una caminata por pasarelas de madera que permite disfrutar de la brisa marina, el canto de las aves que allí habitan o las vistas de la isla de Ons.

Isla de Sálvora

Isla de Sálvora.
Isla de Sálvora. MONICA IRAGO

Otra de las islas que se pueden ver desde O Grove es la de Sálvora. De hecho, los barcos que llegan hasta este enclave del Parque Nacional das Illas Atlánticas parten del municipio. A diferencia de Cíes y Ons, no cuenta con un servicio regular de visitas. A cambio, ofrece un paseo por la naturaleza sin masificaciones. Si tienes oportunidad de llegar hasta allí con algunas de las excursiones, podrás descubrir la riqueza natural y la belleza paisajística de la ría de Arousa, donde el archipiélago actúa de barrera natural entre las bateas y el océano.

Sálvora cuenta además con una huella humana muy bien conservada. Su historia aún es visible en las construcciones que se mantienen en pie. Ejemplo de ello es el pazo de Goyanes, que ahora funciona como museo pero en su día fue fábrica de salazón. La aldea abandonada, con sus casa, hórreos y lavadero, también sirve para hacerse una idea de cómo era la vida de los habitantes de la isla.

Por supuesto, no falta el faro, que fue construido tras el naufragio del buque Santa Isabel en 1921. Un trágico suceso que se saldó con 213 muertos y tan solo 56 supervivientes, que fueron rescatados por un grupo de mujeres de la isla, conocidas como las heroínas de Sálvora. Pero esta es solo una de las historias que bañan el archipiélago. El lugar está rodeado de leyendas como la de la sirena Mariña, cuya escultura parece dar la bienvenida a los visitantes.

Bateas de la ría de Arousa

Bateas en la ría de Arousa.
Bateas en la ría de Arousa. MARTINA MISER

Para disfrutar al 100% de la ría de Arousa es necesario vivirla desde sus aguas. Existen numerosas ofertas de turismo náutico que aúna las travesías en barco con experiencias como visitar las islas, probar su marisco e incluso acercarse a sus bateas. Esta última opción, dada la cantidad de fiestas gastronómicas en las que podrás probar sus frutos, permite conocer cómo se cultivan esos mejillones que llenan los platos de los mejores restaurantes.