El actor y humorista coruñés desvela cuál es ese lugar de Galicia con que tiene una «unión casi mística»
05 nov 2022 . Actualizado a las 17:07 h.Con mucho orgullo, soy xente mariñeira. Soy de A Coruña, me he criado con el mar. Desde la ventana de mi casa, y creo que desde cualquiera de la ciudad, se huele el mar. La vinculación con los recuerdos suele estar relacionado con el mar, pero en mi caso tengo una unión casi mística, mágica, con las Fragas do Eume y el monasterio de Caaveiro.
En mis recuerdos, cuando tenía unos 12 años, el monasterio estaba casi en ruinas. No lo habían arreglado, ni tenía ese estupendo bar que hay ahora. Era casi terrorífico ir allí. Había gente que acampaba. Hasta Manuel Lourenzo, nuestro dramaturgo, comentaba que de joven ya iba a Caaveiro y contaba historias paranormales. Incluso mi abuelo me las contaba.
Creo en mi cabeza se ha construido una leyenda paralela a la historia real. Al final es un monasterio del siglo X que se vincula a San Rosendo y perteneció a la orden de San Bieto. No hay una historia oscura, pero sí en mi imaginación. Siempre tuve una fascinación por lo antiguo, pensaba en cómo llegaban los monjes, qué sucedía allí, cuánta historia podía haber entre sus muros... Sobre todo la historia oscura, que me fascinaba cuando era más joven y me sigue fascinando.
Independientemente de su lado sacro, creo que, como todos los sitios antiguos, contiene dentro de sus muros tantas memorias que te cuenta muchas historias si sabes escucharlas. Me parece muy evocador. Igual que toda la zona de A Capelada, Santo André de Teixido, la garita de Herbeira… Son mis lugares amados. No me podría decantar con ninguno, pero si tuviese que hacerlo, me quedaría con Caaveiro, con el puente que tiene debajo, con el río, con el monasterio en lo alto del monte… Me parece que es un lugar mágico. Sobre todo con esos bancos en los que te sientas enfrentado a otra persona, muy cerca. Cuando iba con amigos, con una novia, con quien fuera, me encantaba sentarme allí a hablar. Son sitios que dan lugar a conversaciones muy interesantes. No sé si tiene tanto que ver con el sitio o con esa atmósfera que se respira.
Si no me encontráis en ningún sitio, seguramente estaré allí. Cada vez que tengo la oportunidad doy un salto y lo visito porque me sienta muy bien, me evoca muchas cosas y me tranquiliza mucho. Entones, amén de que tenemos unas playas preciosas, diría que mi rincón favorito son las Fragas do Eume, con sus rutas, con sus ríos, con la magia que tiene el monasterio de Caaveiro. Cualquiera que quiera sentir algo mágico, que suba allí arriba, mire la inmensidad de las fragas y piense que hace diez siglos no tenían un Dacia Logan para llegar. Tenían que ir con alpargatas y caballos. Me parece mágico, evocador e inspirador.
David Perdomo es un actor y humorista de A Coruña