Más de 2.500 comensales reservaron mesa en la carballeira y saciaron el hambre de dos años de pandemia
06 ago 2022 . Actualizado a las 15:09 h.La Carballeira de Castro, en Laro (Silleda), volvió a convertirse la noche pasada en escenario de una macrocena campestre con la tortilla como protagonista. Tras dos años de abstinencia por la pandemia, los devotos peregrinaron a la Romería da Tortilla con más apetito que nunca. Tenían hambre de este manjar, pero más de reunión social libre de restricciones.
La fiesta, declara de Interese Turístico Galego, comenzó hace más de tres décadas de la mano del entonces alcalde Juan Salgueiro. Ya entonces un pueblo empezaba a no pintar nada en el mapa sin su fiesta gastronómica, así que Laro montó la suya. No tenía ningún producto especialmente propio, pero patatas sobraban y huevos, también. «A cousa máis sinxela do mundo triunfou. A quen non lle gusta unha tortilla?», dice Iván Calvo, que es el actual presidente de la Asociación de Amigos da Tortilla. Y es que la romería tiene ahora nombre propio y colectivo organizador. Hasta la carballeira en la que se celebra, que es privada, hace tiempo que se conoce popularmente como Carballeira da Tortilla.
En la cita de ayer la organización prescindió del tradicional concurso en el que se elegían las tortillas más sabrosas. Sin embargo, tortilla hubo para alimentar a un regimiento. Más de 2.500 personas reservaron mesas y sillas para asegurarse una cena con todas las comodidades. Varios cientos más acudieron por cuenta propia, con un despliegue de tableros, mesas de playa y toldos que ya es tradición y que amuebla la carballeira días antes de la fiesta. Como siempre, los vecinos se volcaron con la organización y donaron 300 tortillas para los despistados que acuden sin el menú en la cesta. «Sempre aparece alguén que non sabe como funciona esta festa e chega pensando que a vendemos. Aquí hai polbo, pero a tortilla hai que traela. Se non se trae, regalámola. De aquí non sae ninguén sen comer e sen beber», dice Calvo.