Centenares de personas recorrieron la villa durante la procesión de A Ramallosa
07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El fin de semana de la Encarnación llevaba dos años sumido en la oscuridad por el covid. Este sábado recuperó la luz por todo lo alto. La procesión de A Ramallosa volvió a las calles de Celanova y lo hizo batiendo un récord de participación; y también de ganas e ilusión. «Foron dous anos difíciles coa pandemia e penso que para toda a comarca esta é unha festa especial, de aí a boa acollida. Quedamos sen farois e sen pañoletas xa o mércores», explica el concejal de Turismo, Manuel Nogueira, conocido como Canadá. El Concello repartió unos 10.500 farolillos, que brillaron con fuerza en la noche del sábado, y hasta 2.000 de esos pañuelos que llevan al cuello todos los asistentes. La peculiaridad es que este año, por primera vez, cambiaron su color y en vez de tener el tono vino tinto, eran púrpura. «Apostamos por facelos cunha empresa local e non había suficiente material para que foran na cor tr
adicional, así que adaptámonos», confiesa Canadá.
Un total de 22 grupos participaron en la procesión en la modalidad artística. Lo hicieron con comparsas en las que destacó especialmente la originalidad de las construcciones con los farolillos de colores y también la juventud de los componentes de los grupos, que en su mayoría eran pandillas de amigos. En la categoría tradicional, se apuntaron ocho comparsas. En total, más de medio millar de personas participaron en el desfile dentro del concurso. Al que se sumó otro millar de vecinos para acompañarlas por las calles apagadas de Celanova, solo iluminadas con los puntos tintineantes y de colores de los farolillos de papel.
Por supuesto, no faltó la música, que marcó el ritmo de la procesión y garantizó la troula hasta bien entrada la madrugada. Sonaron los acordes de Os Caliqueños, los Galácticos y también de Os Roquiños.