El programa Ariete escenificó en el marco de las fiestas de A Coruña la gesta de la heroína que defendió a la población del asedio del pirata inglés Sir Francis Drake en 1589
07 ago 2022 . Actualizado a las 01:27 h.La decimocuarta edición del Ariete, que prometió traer un «museo vivo» a las calles de la ciudad, cumplió ayer su objetivo con una emocionante recreación histórica del cerco de A Coruña de 1589, uno de los momentos más emblemáticos de la historia de la ciudad, en el que María Pita lideró a los coruñeses contra las tropas inglesas de Sir Francis Drake.
Actores vestidos con indumentaria de la época entraron en los jardines de la Maestranza, completamente adornados con armamento y emblemas históricos como la bandera de Felipe II y de la reina Isabel I de Inglaterra. Cañones antiguos posicionados detrás de trincheras de paja terminaban de ambientar el recinto y lo convertían en un verdadero campo de batalla.
La representación del asedio contó con la participación de miembros de asociaciones, tanto españolas como inglesas, que dieron vida a los protagonistas de la batalla, el capitán Juan Varela, Sir Francis Drake y, cómo no, la heroína María Pita. Los efectos pirotécnicos de artillería trajeron a los jardines el característico olor a pólvora que se extendió en la ciudad durante la batalla y dejaron a los espectadores estupefactos.
No solo pudieron disfrutar de una intensa escenificación de los cinco ataques que caracterizaron el cerco, cada uno acompañado de un disparo de cañón, sino que también tuvieron la oportunidad de llevarse a casa una importante lección de historia de la mano del historiador Luis Gorrochategui, que encarnó al capitán Juan Varela.
Al finalizar la simulación del ataque, el público pudo además conocer con detalle los uniformes y trajes de la época a través de un desfile de vestimenta. Tras esto, una sesión de fotos con los actores marcó el final del evento.
Desfile de vehículos militares
Una discreta motocicleta BMW de color negro encabezó un desfile de vehículos inmensos que partió del Museo Militar. Detrás de la moto, provista de sidecar, circularon un coche patrulla de la policía estadounidense, un Cadillac marrón de 1941 similar al que utilizaba el general Patton e e, inmediatamente después, tres grandes vehículos blindados de combate que eclipsaban todo lo demás. «El que más llama la atención pienso que es el tanque M8», explicó Manuel Arenas, coordinador del Ariete.
Las calles se despejaron al paso de los vehículos gracias a la sirena estridente de una ambulancia Iveco que estuvo en la guerra de Afganistán y que cerró el desfile. Muchos transeúntes desconocían la organización de la caravana, pero otros ya habían cogido sitio en las terrazas de la Marina para disfrutar del espectáculo. «Me hacía ilusión verlo, mi padre era militar», explicaba un espectador.