El espectáculo pirotécnico no pudo imponerse a los elementos: la niebla y el viento le robaron protagonismo a los estallidos de luz
09 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los fuegos artificiales forman parte de la tradición festiva de Arousa. Una tradición sujeta a revisión y renovación permanente —el cielo iluminado es hermoso, el ruido que ocasionan los estallidos de color, insoportable para algunas personas— pero que de momento se mantiene con brío en la comarca. Puestos a hablar de fuegos, probablemente no nos equivoquemos si colocamos en el primer puesto de la lista el Combate Naval que se celebra en Vilagarcía para poner el broche de oro a las fiestas de San Roque. Quizás sin llegar al grado de expectación generado por la batalla entre el barco y el castillo que discurre en el mar vilagarciano, en el resto de localidades de la ría también se echa mano de los fuegos de artificio para iluminar la última noche de sus fiestas. Las explosiones de color sirven para trazar un mapa nocturno de las citas del verano. Y ese mapa tuvo, este domingo, parada en Cambados. La localidad ponía el punto y final a la Festa do Albariño. La tirada de fuegos era a las doce de la noche en el muelle de Cambados.
Hacía frío y había una densa niebla por todos lados. Aún hay que sumar a este escenario un viento que soplaba con intensidad, con ganas. Así que los ojos más expertos vaticinaban que el espectáculo pirotécnico iba tenía pocas posibilidades de salir victorioso de la lucha que iba a tener que entablar contra los elementos. No se equivocaban. Los fuegos comenzaron a lanzarse, pero entre el aire y la bruma, lo único que alcanzaba a ver el expectante público era un resplandor coloreado.
Bien es verdad que el respetable estaba, en esta ocasión, de buen humor: en lugar de quejas y enfados, hubo quien tiró de ironía y aplaudió cada reflejo coloreado para alimentar la ilusión y mantener vivo, un ratito más, el espíritu de fiesta que durante más de una semana había reinado en la localidad. Eso sí, la multitud que se había congregado para disfrutar del espectáculo no tardó demasiado en dispersarse, como las luces en el viento, y poner rumbo a casa, o a continuar exprimiendo las últimas horas de fiesta en la verbena que se estaba celebrando.
Con las últimas notas de la música de esas orquestas se iba a cerrar esta edición de la Festa do Albariño. El gobierno local tiene previsto realizar una valoración detallada de la resurrección de este certamen.