Algunos asistentes al concierto de la granadina llevaban esperando desde las seis de la mañana
09 ago 2022 . Actualizado a las 12:23 h.De vez en cuando, no está de más permitirse soñar. Así lo canta Lola Indigo en Tamagochi: «Vuela, vuela mi imaginación». Y es el trato que le propuso anoche la artista al público vigués desde el inicio del concierto en Castrelos. Olvidarse de todo ante un espectáculo donde la música y la danza se dan la mano en perfecta simbiosis. Las canciones se adaptan para el baile, y la coreografía se crea para los temas. El timbre resonó en el auditorio y anunciando el arranque de una experiencia medida al milímetro.
Subida en una plataforma de dos pisos, en imitación a una gran caja de muñecas, la granadina alzó el puño e interpretó su mayor éxito hasta el momento, La niña de la escuela. Es clara. «Baja de la nube, que no eres Goku», le canta a un chico que la rechazó en el instituto y «quiere volver, pero ya no». Eso sí, el auditorio al aire libre se subió a la ensoñación momentánea que proyectó la artista en Vigo. Hubo asistentes de la platea que llevaban allí desde las 6.00, aunque la mayoría llegaron tras la hora de comer. Por supuesto, entre ese gentío, había muchas niñas, a las que interpela en su éxito. En realidad, Lola Índigo se dirige también «a niños y niñes», como ha referido en alguna ocasión. Pero esta artista pop de una nueva generación permite a todo el que quiera dejar volar su imaginación.