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O Quinteiro de Temperán resucita la Festa da Malla en San Vicente

LETICIA CASTRO O GROVE / LA VOZ

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MONICA IRAGO

El certamen, que llevaba tres veranos sin hacerse, cambia de ubicación

11 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Festa da Malla vuelve a escena en San Vicente, y lo hace de la mano del centro de interpretación O Quinteiro de Temperán, tras tres años sin realizarse. Un parón que en este caso poco tiene que ver con la pandemia, sino más bien con el esfuerzo inmenso que suponía organizar un evento de semejante magnitud, tal y como reconoce Joaquín Parada, responsable del museo agrario y uno de los impulsores de la fiesta junto con la Asociación Roza do Pedrol.

Poner en valor el rural escenificando tradiciones agrarias tenía mucho tirón, por eso en 2017 se decidió a abrir el centro de interpretación en Temperán. Parada reconoce que la Festa da Malla, tal y como se conocía, no va a ser posible. Hay que recordar que la celebración se llevaba a cabo en la huerta de la casa rectoral de la parroquia de San Vicente, «uns terreos que non son do pobo, que son da Igrexa», lo que suponía que cada año hubiese que partir de cero. Ese es el motivo principal por el que dejó de celebrarse, a pesar de ser uno de los atractivos turísticos más llamativos de la zona. Así que la decisión de trasladarla al museo ha sido, desde luego, muy bien acogida.

El evento se parecerá muy poco a lo que fue en los últimos años: «Vai ser nun formato moi reducido». Así que este fin de semana, el sábado 13 y e domingo 14, habrá representación de la malla, comida popular para medio centenar de comensales, una muestra de cestería a cargo de O Xarelo de Rei y talleres de harina con hornada de pan incluida.

No faltarán en estas jornadas ni los tradicionales juegos populares, ni la foliada, y habrá interesantes charlas sobre bioconstrucción y agua, gracias a la intervención de Luis Esbíguel, Enrique Anet y Mabel Rivera.

Estamos, reconoce la organización, ante una romería organizada en el último minuto, «xa que houbo que esperar a conseguir centeo para a malla», según relata Parada. Si no se cumplía ese objetivo «non había festa».