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Santiago desde las alturas: una ruta por los miradores imprescindibles

Lucía Blanco SANTIAGO / LA VOZ

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El mirador del Árbol en el parque de la Alameda es uno de los más visitados.
El mirador del Árbol en el parque de la Alameda es uno de los más visitados. PACO RODRÍGUEZ

Algunos parques, montes y barrios, ubicados en pleno o centro o en las afueras de la ciudad, ofrecen vistas dignas de postal

18 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Además de la riqueza paisajística y monumental que caracterizan a Santiago, la ciudad concentra una variedad de miradores desde los que se puede gozar de unas vistas privilegiadas. Algunos de ellos son lugares de parada obligatoria pero otros, que pueden pasar desapercibidos por vecinos o visitantes, no son tan conocidos. Sin embargo, todos, tanto los que se encuentran en pleno centro como los para los que es necesario alejarse un poco más del enclave urbano, acercan una perspectiva de Compostela, digna de postal, que deja sin aliento a más de uno. 

Compostela desde la Alameda

Dos perspectivas de la ciudad. Uno de los rincones clásicos de la capital gallega es el mirador del Árbol. En el Paseo de la Herradura del parque de la Alameda de Compostela, rodeado por siete bancos de madera y flanqueado por un árbol centenario, ofrece una de las mejores vistas de la Catedral —y de las más retratadas— y de la ciudad vieja de Santiago. En el pulmón verde de la ciudad, también se encuentra la conocida balaustrada orientada hacia el campus sur. Ubicada en la pendiente oeste del otero de Santa Susana, se puede vislumbrar algunos de los colegios mayores y una parte del recinto universitario.

Aunque muchos se acercan hasta el parque para contemplar una panorámica única del monumento —que adquiere un valor aún más especial al caer la noche— o para gozar de un paseo rodeados por la variedad de especies arbóreas, el lugar también concentra otros puntos importantes como el Banco dos Namorados, también conocido como el banco de los susurros. La particularidad de esta obra emblemática es que permite que dos personas conversen desde sus dos extremos, debido a su forma cóncava que posibilita que el sonido fluya. 

El parque de la Alameda cuenta con uno de los miradores con las mejores vistas de la ciudad.
El parque de la Alameda cuenta con uno de los miradores con las mejores vistas de la ciudad. PACO RODRÍGUEZ

En el enclave urbano

Mirador rúa das Hortas. Ha sido uno de los enclaves que ha gozado de mayor popularidad en los últimos tiempos, debido a que son muchos los turistas y santiagueses que se acercan hasta el lugar para hacerse con una instantánea única. Y es que desde la escalinata que comunica la calle con la rúa do Pombal se puede disfrutar de otra perspectiva del símbolo del Camino, oculto parcialmente por el Pazo de Raxoi. La arteria, que parte del Obradoiro, es una de las de mayor encanto gracias a su arquitectura homogénea.

Parques para desconectar y admirar la ciudad

El parque de Bonaval. Ubicado detrás de la Iglesia de Santo Domingo de Bonaval y próximo a la rúa San Pedro, es uno de los rincones favoritos para los compostelanos para escapar del ajetreo de la ciudad. Pero, además de poder perderse por el amplio espacio situado sobre una colina, ofrece unas vistas inéditas de los tejados de la zona antigua y de las torres de la basílica, una panorámica que se hace más atractiva según se avanza por su falda.

En el corazón de Vista Alegre. En Vista Alegre se encuentra otro balcón sobre la ciudad, el mirador Monte de Deus que, aunque es menos popular que otros enclaves, ofrece una perspectiva diferente de la capital gallega. El barrio de Vite, la avenida de Xoán XIII o el convento San Francisco dominan la vista que de nuevo está protagonizada por la Catedral. A diferencia de otros montes que exigen un esfuerzo para alcanzar la cima, no requiere una caminata excesivamente larga para llegar hasta él, pues se encuentra próximo a su homónimo barrio.

El perfil de Santiago desde Belvís. El barrio aglutina una variedad de puntos de vista. En su parque, en el que son protagonistas las escalinatas y el convento de Santa María, se encuentra otro mirador, junto al Santuario da Virxe do Portal, que invita a pararse para contemplar el perfil de la ciudad. Otro de los espacios verdes, el parque de Galeras, a escasos diez minutos a pie desde el Obradoiro, también es de visita imprescindible si se quiere admirar el skyline. En él, se encuentra mirador de Monte Pío desde el que cobra un encanto particular la variedad de tejados que caracterizan la esencia picheleira.

El parque de Belvís cuenta con un mirador desde el que contemplar el perfil de la ciudad.
El parque de Belvís cuenta con un mirador desde el que contemplar el perfil de la ciudad. Sandra Alonso

En las afueras

Desde el Pedroso. Para gozar de una de las mejores panorámicas de Compostela es necesario alejarse del centro y acercarse hasta el Monte Pedroso, pues sus más de 450 metros de altura lo convierten en uno de los puntos más elevados de la zona. A tres kilómetros de Santiago y al margen del río Sarela, se puede acceder a él en coche, en autobús o andando. Aunque la subida merece la pena en cualquier momento del día, poder acercarse durante el atardecer es de lo más recomendable. En su falda, está el parque da Granxa do Xesto donde conviven el espacio natural, entre el que destacan los pequeños lagos, y zonas de paseo, también para los más pequeños, pues tiene un parque infantil.

En la Cidade da Cultura. Además de la variada programación cultural que concentra a Cidade da Cultura y su espectacular propuesta arquitectónica, que es digna de admirar por sí misma, en lo alto del monte Gaiás también se obtienen unas vistas privilegiadas de Santiago. Además, en el Bosque de Galicia se ubica uno de los miradores más curiosos con forma de rosquilla. A través de las dos piezas, denominadas Espellos, creadas en 2020 por el escultor Manolo Paz con el objetivo de afianzar el vínculo del complejo con la ruta Xacobea, se obtiene una perspectiva de lo más singular de la Catedral.

En a Cidade da Cultura se encuentra uno de los miradores más singulares.
En a Cidade da Cultura se encuentra uno de los miradores más singulares. Manuel G. Vicente