Una torre girada, el metrosidero más antiguo de España o una visita nocturna al cementerio son otras opciones a los lugares más conocidos
17 ago 2022 . Actualizado a las 11:32 h.La ciudad herculina esconde secretos que a veces ni los propios coruñeses conocen y lugares que solo se podrá descubrir si uno se pierde por sus calles. Esta guía le enseñará los rincones escondidos de A Coruña que tienen tanto atractivo como los lugares más turísticos de la ciudad.
¿Es de esos a los que les gusta ojear todas las novelas de las librerías? Pues ya puede hacerlo tranquilamente mientras se relaja tomando algo. Todo esto lo puede encontrar en El Café de Macondo donde, además, todo el que quiera puede jugar al ajedrez. De vez en cuando se reúnen clubes profesionales para competir.
La iglesia de San Jorge es otro de los secretos escondidos de la ciudad. Puede sonar paradójico, pero en este templo religioso tuvo lugar el primer matrimonio homosexual en España. El enlace ocurrió en 1901. En ese año, España era un lugar profundamente católico y conservador, por eso no deja de sorprender que fuese la primera iglesia que oficializase este matrimonio.
Si es de los que disfrutan con las películas de terror y todo lo paranormal le fascina, las visitas nocturnas al cementerio de San Amaro son perfectas para usted. Las citas muestran los secretos que oculta este espacio religioso y es, además, uno de los cementerios más antiguos de Europa.
Las calles guardan historias hasta en sus tejados. Quizás se haya fijado en que sobre la cúpula de la esquina de la calle Compostela con la plaza de Mina se erige una estatua. Esta obra marca el inicio del Ensanche coruñés, con un estilo ecléctico y modernista de Faustino Domínguez y Coumes-Gay que se repetía en la Europa de finales del siglo XIX. Es un cruce muy romántico, ya que representa la historia de amor entre Juana de Vega y Francisco Espoz y Mina.
Mientras, en el recinto de la Policía Local se encuentra el metrosidero, o pohutukawa, más antiguo de España. Puede tener hasta 500 años y haber viajado en una de las carabelas que regresaba de América Latina. Las tiendas también tienen sus propias curiosidades, la de fotografía en Riego de Agua es una de ellas. Lo que llama la atención de este local es la estatua que hay en su balcón, el fotógrafo de Artús, nombre que comparte con la antigua tienda.
Cuando la ciudad todavía era un núcleo primitivo y empezaba a ensancharse en el siglo XVIII, se tuvo que buscar una forma de abastecimiento de agua para los 12.000 habitantes que se esparcían mayoritariamente por la Ciudad Vieja y la zona de Pescadería. Por ello, se construyó un acueducto de más de dos kilómetros que se conserva en el paseo de los Puentes. Su construcción se llevó a cabo entre 1722 y 1726, se levantó con el fin de llevar agua desde los manantiales que había en San Pedro de Visma hasta lo que hoy es la calle Juana de Vega para, desde ahí, abastecer fuentes como la de Santa Catalina o la de San Andrés. A Palloza también esconde historias que solo los más observadores descubren. La pavimentación de la calle homónima tiene grandes losas de piedra ya que fue, hasta principios de siglo, la rampa del embarcadero. El mar llegaba hasta ahí. La conservación de las escaleras permite apreciar el último vestigio de la actividad pesquera que se desarrolló en ese lugar.