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El pulpo recuperó su cetro en Porto do Son

christopher rodríguez / s. g. RIBEIRA / LA VOZ

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Cerca de una tonelada de cefalópodo se repartió entre cientos de comensales en una nueva edición de la Feira do Polbo

15 ago 2022 . Actualizado a las 20:08 h.

El pulpo volvió a triunfar, y de qué manera. Barbanza se rindió un año más al cefalópodo que reina en la comarca en la ya tradicional e ineludible Feira do Polbo. Este sábado decenas de personas degustaron un manjar único preparado de la forma más tradicional. Desde el mediodía y hasta casi las 16.00 horas se aglutinaron por el muelle largas colas de comensales que aguardaban ansiosos su plato de madera repleto de octópodo. La espera mereció la pena, veteranos y noveles de la exaltación quedaron más que satisfechos.

Además de los locales, muchos de los amantes del molusco que se reunieron en O Son procedían de todas partes de la geografía española. «Nos encanta el pulpo, nunca habíamos venido y está delicioso. También fuimos a la feria del mejillón en Rianxo. Cuando nos enteramos de que existía este evento decidimos acercarnos. Los productos de la ría son increíbles» comentaba un matrimonio de Barcelona que visitaba por primera vez Porto do Son.

Cocina de autor

De nuevo, las ollas encargadas de la cocción fueron las del maestro de los fogones Manuel Veloso que, con cuatro décadas de experiencia en este campo, volvió a capitanear su preparación. El cocinero explicó que la afluencia había sido buena y que además del plato estrella también ofrecieron todo tipo de raciones: «A xente veu igual, como antes da pandemia. Preparamos unha tonelada de polbo, 400 quilos de mexillón, churrasco, criollos e empanada».

Alguno de los vecinos, presentes durante la mañana, pusieron en valor el precio de los productos que, bajo su punto de vista, fueron asequibles. Entre los 13 euros del pulpo o los cinco de los mejillones había opciones para todos los bolsillos. Además de la degustación, también tuvo lugar la clásica Andaina do Polbo. La ruta, preparada para expertos en este tipo de actividades, reunió en esta ocasión a 90 participantes que recorrieron los cerca de 22 kilómetros que hay entre Boiro y Porto do Son.

Arturo Reboiras, uno de los presentes en la actividad desde sus inicios, destacó la gran cantidad de senderistas que se reunieron en esta edición: «Apuntouse moita máis xente que a última vez. A ruta durou mais ou menos tres horas e media. É un camiño esixente e xera bastante desgaste, pero a verdade e que valeu a pena, agora hai que recuperar enerxías co polbo».

Tampoco faltó la música en la multitudinaria comida. La Feira do Polbo estuvo amenizada desde su inicio por la agrupación gaiteira Conlevó, que hizo más llevadera tanto la espera como el disfrute de los platos en una jornada matinal que resultó ser todo un éxito.

Tras dos veranos sin la exaltación, el cefalópodo volvió a sentarse en el trono que, desde hace 28 ediciones, le corresponde en la feria. Los vecinos de Porto do Son respondieron con creces en una de las fechas marcadas en rojo por todos los amantes del mejor y más tradicional pulpo á feira.