Medio centenar de vehículos compitieron por el descenso más rápido
15 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Valdoviño se convirtió ayer de nuevo en capital de la inercia con una nueva edición de la Baixada de Carrilanas de San Mamede, que el público consagró un año más como una de las citas festivas ineludibles del verano en Ferrolterra. Alrededor de medio centenar de vehículos sin motor se dejaron caer ayer por trazado en pendiente de 1,250 kilómetros por la que algunos lograron deslizarse en apenas un minuto. Entre los participantes, pilotos llegados de Bélgica e Italia, y también de otros puntos de España, como Valencia, el País Vasco, Asturias o Castilla y León.
A ambos lados de la estrecha carretera el público abarrotaba sus márgenes para vivir de cerca la adrenalina de las dos bajadas puntuables que cerraban ayer la cita, que reunió a miles de personas, y que sorprendía ya la víspera a la organización. «En 24 años de carrilanas fue el sábado de mayor afluencia, con muchísima diferencia», señalaba el director de la bajada, Diego García, habituado a que el domingo fuese el día fuerte.
Los espectadores acompañaron también la jornada de ayer, que comenzaba por la mañana con la competición infantil. En total, 36 niños protagonizaron la bajada infantil —para pequeños de 6 a 13 años— y la versión correpasillos para los de menor edad. «Disfrutaron mucho, pero también nosotros viéndolos. Nos lo pasamos bomba», apuntaba García. Otro de los grandes éxitos de esta 24.ª edición, en la que se conmemoró el primer cuarto de siglo de la entidad organizadora, la Asociación Baixada de Carrilanas, fueron las actividades paralelas, con comidas populares —ayer a base de paella de marisco—, el séptimo festival de karaoke o el concurso de saltos, que amenizó la espera hasta la entrega de premios.
Las carrilanas no solo compitieron en rapidez, sino también en originalidad. Y en esta edición sorprendieron especialmente dos: una con forma de oca y otra que emulaba un camión de recogida de basura, con portacontenedores incluido.
Cerrado el capítulo de competición —la cita era puntuable para la Copa de España y para la Copa de Europa Speeddown— la fiesta continuó de noche y se mantuvo operativa la zona de acampada abierta el viernes.