Fiesta de Interés Turístico | La celebración honró a su impulsor, Avelino Lema, fallecido en la pandemia
18 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Fue el de ayer un día especial para vecinos y visitantes de Laxe. Por primera vez desde los inicios de esta tradición, se celebró el Naufraxio sin su creador, Avelino Lema. Falleció durante la pandemia, en el 2020. Por tanto, este año la escenificación incluyó distintos elementos en su honor, para recordarlo y homenajear su trabajo y dedicación a la cultura y devoción laxense.
Durante un viaje a Perú, Lema descubrió este tipo de representación en un pequeño pueblo. Él mismo había sobrevivido a tres naufragios, y como ofrenda a la Virxe do Carme, patrona de los marineros, inició esta tradición al regresar a su tierra natal de Laxe. «Empezaron catro compañeiros e pouco a pouco a xente do mar foise arrimando», explicaba Manuel Villar, patrón mayor de la cofradía de pescadores. Gracias al ingenio de Avelino y al apoyo de todos los marineros que participaron (en los primeros años no fue nada fácil), esta fiesta es ya es de Interés Turístico en Galicia.
La representación siguió las pautas de las ediciones anteriores: hay cosas que no se pueden cambiar. Pero los doce marineros protagonistas llevaron en su brazo un lazo negro de brazalete, como expresión de luto. «Este ano é duro, sempre estivo el e faise distinto non velo por aquí», destacaba el alcalde, José Luis Pérez Añón. Previa a la misa en honor a Avelino, la edila de Cultura, Raquel Lema dijo unas palabras en su memoria: «Nós sempre lle estaremos agradecidos».
La procesión marítima fue liderada por el barco del patrón, que ya había trasladado a la Virgen en diversas ocasiones. El barco recorrió la ría hasta mar abierto, dónde se lanzaron ramos y coronas de flores en honor a todos los marineros perdidos en las manos del mar. Y en especial, este año estas flores significaron mucho más, por la pérdida de diversos compañeros y de un líder. «Nós vivímolo con moita emoción, sobre todo porque perdemos algúns compañeiros máis a maiores de Avelino nestes anos», indicaba, emocionado, Raúl Villar, coordinador de la representación.
El alcalde confirma que las próximas representaciones del Naufraxio honrarán al responsable de la tradición: «Queremos seguir recordándoo, hoxe e sempre». No fue algo solo de ayer, sino un detalle para las próximas (al menos) 60 ediciones.
«O naufraxio déixache a pel de galiña, véñenche moitos recordos á mente»
Raúl Villar, 50 años, es marinero en Laxe. Lleva más de treinta años participando en el Naufraxio, y casi veinte organizándolo. «O Naufraxio é unha cousa moi bonita, á xente de mar emociónanos moito recordar aos que perdemos», destaca Villar. Él mismo ha vivido estas duras situaciones, ya que marineros de su familia fallecieron en las aguas marinas. «Déixache a pel de galiña, véñenche moitos recordos á mente porque todos perdemos a alguén desta forma cruel», afirma el organizador.
La tradición, que lleva ya sesenta años en marcha, siempre reúne entre 12 y 17 marineros de Laxe para representar un naufragio escenificado. Durante ese proceso, uno de ellos no logra sobrevivir, y sus compañeros lo acercan a la Virxe do Carme, que lo resucita. «Temos rapaces de vinte anos ata corenta e pico, a tradición uniunos e agora somos xa unha familia todos», afirma Villar.
Sergio Charlín, que lleva ya seis años participando, describe el Naufraxio como una gran tradición peculiar: «Para todos os mariñeiros é moi especial, a Virxe do Carme é a nosa santa e poder ofrendala desta forma énchenos de orgullo». Para los pueblos de mar, es obvio recordarlo, la Virxe do Carme siempre ha sido un baluarte. Durante la procesión de vuelta a la iglesia, la imagen siempre mira hacia el mar, para simbolizar el gran vínculo entre ella y los profesionales.
Aunque el fundador ya no esté presente con los participantes, la escenificación seguirá siendo una parte clave de las fiestas de Laxe. «Menos nos anos da pandemia, sempre o celebramos. Mentres haxa mariñeiros, manterase o Naufraxio!», declaró el patrón mayor.
En esta misma línea de seguir las costumbres de Laxe, también las que se habían perdido, esta vez se inició la recuperación de otra tradición, la danza de arcos. Tras consultar el archivo fotográfico del Museo do Mar, la edila Raquel Lema encontró evidencias de que en el pasado había estas danzas blancas en honor a los trabajadores de los barcos y durante las fiestas. Tras tener esta información, Mabel Quintana, natural de Camariñas pero asentada en Laxe, organizó y preparó el baile de este año. Para volver a las raíces de forma correcta, Mabel y Raquel intentaron ponerse en contacto con veteranos que conociesen las maneras exactas, pero las últimas eran de demasiados años atrás.
Fue justo antes de la procesión cuando la plaza Ramón Juega acogió a doce niños y niñas que la representaron. «Este ano foi algo máis ben pequeno, pero esperamos poder ir aumentando pouco a pouco. E se todo sae ben, ao mellor o ano que vén podemos incorporar a adultos na danza», explicó Quintana.