Playas salvajes, calas idílicas y refugios fluviales casi selváticos. Esta es la selección de los lugares más idílicos del verano gallego
20 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El siguiente recorrido parece de postal, o directamente una promoción de las localizaciones más exóticas del verano. Pero el paraíso, queda demostrado, está a este lado del charco. Repasamos los rincones más especiales de Galicia para refugiarse de las altas temperaturas. ¿Dónde mejor?
Playa fluvial de Chaián, Santiago
Para imagen de la Galicia salvaje, esta. Como si de una escena de «El libro de la selva» se tratase, el área recreativa de Chaián, que incluye la playa fluvial y su flamante carballeira, permite tomar instantáneas como esta de baños refrescantes con liana incorporada para lanzarse al río Tambre con todas las de la ley. El espacio, que discurre a ambas márgenes del río y es idóneo para el avistamiento de garzas, permite dar un paseo a través de islas fluviales unidas por pasarelas de madera. Merendero, zona de juegos, de voleibol y hasta una cafetería completan sus servicios.
Playa de Camaxe, A Illa de Arousa
Para encontrar algo especial no es necesario que sea inaccesible. De esa opinión es Alicia, la joven que posa para este reportaje en pleno baño en la playa de Camaxe, que ella elige de entre las de toda la isla por su agua cristalina y la facilidad de aparcamiento —este verano se ha controlado con el acondicionamiento de una superficie de tierra, situada en la salida del puente y con capacidad para 800 vehículos—. Comparte Camaxe bandera azul y servicios con otro arenal de A Illa, el de Area da Secada, precioso con su fantástico pinar, que tambén ofrece un respiro de sombra en los días más calurosos.
Boca do Río, Carnota
Boca do Río está contigua a Caldebarcos, hacia uno de los extremos de la playa de Carnota —recién reconocida por «The Guardian» como una de las mejores de Europa—, y recibe su nombre de la desembocadura del río Vadebois, que se funde allí con el mar. Cuando la marea está alta, se convierte en un recogido arenal con pozas de agua estancada entre rocas pulidas por el agua que conforman su característico paisaje. Pero cuando baja, es un espectáculo ver cómo se va descubriendo la arena hasta unirse con la del resto de la playa. Eso sí, quienes la visiten por primera vez han de tener cuidado con la marea si no quieren quedarse incomunicados.
Playa de Rebordelo, Cabana de Bergantiños
Sorprende este arenal por su tranquilidad en el marco de la salvaje Costa da Morte. Rebordelo es una de las playas más resguardadas de la zona, e incluso cuenta con una furna para cobijarse del sol cuando pega fuerte. Pero no hay que confiarse. De hecho, y a pesar de que tiene pegado un pinar en el que se pueden hacer barbacoas, no suelen visitarla familias con niños debido a que, cuando hay oleaje, la marea arrastra con fuerza. Es esta una playa mayoritariamente joven y no muy frecuentada, un secreto bien guardado para quienes huyen de las opciones más populares.
Playa de Aguieira, Porto do Son
Una lengua de arena rodeada de agua es la espectacular imagen aérea que deja la playa de Aguieira, una de las joyas de Porto do Son. Su entorno virgen y un acceso de auténtico cuento adelantan al visitante lo que se va a encontrar a su llegada: la ría de Noia, generalmente como un plato y absolutamente transparente, bañando kilómetro y medio de una arena blanca y finísima —propia de la imagen promocional de cualquier rincón del Caribe—.
En este arenal con formaciones dunares desembocan los ríos Cans y Quintáns, dando lugar a zonas realmente tranquilas para el baño, lo que hace de Aguieira un lugar ideal también para los más pequeños.
A orillas del Miño, Ourense
Así combaten muchos ourensanos las altísimas temperaturas. En la imagen, un grupo de niños en las aguas del río Miño a su paso por la ciudad de As Burgas. Sus ribeiras constituyen la gran arteria verde de la misma, y a lo largo de ellas discurren rutas por las que pasear, correr o andar en bici por todo el paseo termal. En su tramo más occidental hay numerosos manantiales, muchos de ellos acondicionados para el baño. Por supuesto, las diferentes termas están también a disposición del usuario para darse un baño memorable en medio de la naturaleza con las mejores vistas.
Playa de Vilarrube, Valdoviño
Acaba de ser elegida por los lectores de la edición digital de La Voz como su playa preferida de Galicia y, desafortunadamente, también fue noticia hace unos días cuando un niño de 9 años resultó herido allí de gravedad tras ser alcanzado por un rayo. Una panorámica como esta basta para entender por qué tantos destacan la belleza de este arenal. Aunque en sus aguas predomina el turquesa, las mareas dibujan una ensenada muy variable en cuanto a formas y colores. Es una playa recogida en comparación con la mayoría de la zona, pero cuando sube la marea hay que tener especial cuidado con las corrientes en los extremos. Con la marea baja, es un espectáculo ver cómo van apareciendo calas paradisíacas e islotes de arena entre aguas estancadas ideales para el baño.
Playa de Melide, Hío, Cangas do Morrazo
Bañarse con la sensación de que prácticamente podemos tocar las Cíes es posible en la playa de Melide, la más cercana al archipiélago y una de las que tiene más encanto de la zona. Allí te reencontrarás con la naturaleza tras dejar el coche en el párking y atravesar el pinar que la precede en su acceso hasta divisar al fondo el mar y la silueta de las islas. Precisamente, la sombra de los árboles hace viable ir sin sombrilla. Para completar una visita de lo más especial a la playa, de 250 metros de extensión, nada como una ruta por los faros de Cabo Home —el arenal se encuentra entre Punta Robaleira y Punta Subrido—. Las puestas de sol son de otro mundo.
Playa de Arnela, Viveiro
Apenas 30 metros tiene esta playa casi secreta de Viveiro que nos traslada de inmediato a una cala menorquina de arena fina y agua transparente. Si bien en A Mariña las temperaturas hasta ahora han estado más bien lejos de ser sofocantes, la afluencia a los arenales está siendo mucho mayor este verano de olas de calor que obliga a buscar rincones como este para refrescarse. O Vicedo, ajeno a las masificaciones y con arenales tan paradisíacos como los de O Caolín y Arealonga, ofrece otra parada recomendable en esta ruta de oasis que cuenta con varios en la costa lucense.