Patrocinado por

Regulan el uso de la playa fluvial de Pontevea ante el aumento de usuarios

Rocío García Martínez
Rocío García A ESTRADA / LA VOZ

VEN A GALICIA

E CUIÑA

La asociación Entre as Pontes recuerda que el área de ocio se sitúa en una finca privada

26 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La asociación Entre as Pontes, que gestiona la playa fluvial de A Praíña en el límite de Pontevea (Teo) y Couso (A Estrada), ha implementado una normativa de uso de este espacio privado, en el que «o único público que hai é unha servidume de paso peonil e para pescadores de cinco metros ao pé do río» Ulla, explica el presidente del colectivo, Pedro Castañeda.

Hace seis años el arenal era una selva de maleza con una construcción de bloques abandonada. Entre as Pontes se marcó como objetivo poner A Praíña en el mapa: alquiló la finca de 3,5 hectáreas contigua y, paso a paso y sin fondos públicos, la hizo una opción de ocio interesante. Con la pandemia, se empezó a llenar.

Lo que comenzó siendo una alegría empieza a convertirse en una amenaza. Ahora la presión turística va en aumento (más de un millar de personas en domingos y días de fuerte calor, dice Castañeda), las ayudas oficiales siguen a cero y el volumen de usuarios pone en peligro la tranquilidad de los socios que contribuyen a mantener el área.

De ahí que se implanten unas normas que no agradan a todos. Un gran cartel en el acceso identifica el área como un recinto privado en que están prohibidas las celebraciones, salvo autorización previa; tampoco se pueden usar mesas y barbacoas de la zona de autocaravanas (reservada a socios), ni las vinculadas al chiringuito (solo para clientes). El resto del espacio puede utilizarse, pero sin montar mesas. También se ha regulado el párking de la asociación, que cuesta dos euros, que se recuperan para consumir en el chiringuito. La próxima temporada, es previsible que limiten también el acceso a los baños.

Castañeda explica que mantener el área suma 20.000 euros al año, sin que Teo y A Estrada aporten nada: «Temos máis de 150 socios e non podemos permitir que estean incómodos porque isto se satura. A xente que queira vir disposta a colaborar ten as portas abertas. E os que non, que non veñan», zanja tajante.