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El festival de la Luz resurge en Boimorto

Lucía Blanco
Lucía Blanco SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

La entrega del público fue clave en el Festival de la Luz del año pasado.
La entrega del público fue clave en el Festival de la Luz del año pasado. PACO RODRÍGUEZ

La entrega del público fue clave en la cita que recupera su formato habitual

28 ago 2022 . Actualizado a las 13:41 h.

Cambia de fechas y recupera su formato tradicional, pero la esencia del Festival de la Luz, que ya se ha convertido en una de las citas imprescindibles durante el verano en Galicia, continúa intacta a pesar de sus diez años de historia. Y es que ser un puente entre generaciones y un gran evento, pero con la cercanía de lo familiar, así como ofrecer propuestas variadas para todos los gustos siguen definiendo la iniciativa que mantiene su carácter solidario.

Los Santiaguiños de Boimorto fueron los encargados de inaugurar la jornada del sábado en la parroquia de Andavao (Boimorto). A su estilo tradicional se unieron una variedad de ritmos durante más de quince horas de música ininterrumpida, en las que los asistentes vivieron un recorrido por el rock, el pop e incluso el trap. A la formación gallega le siguieron, Amoebo, A banda da Balbina y Naitinan, que estaban repartidos por los dos escenarios —el Xacobeo y el Cultivando Música— de la finca que acoge la casa natal de la cantante Luz Casal, que horas más tarde también compartió actuación con Depedro y Burning.

Grande Amore, Sexy Zebras o Los Estanques fueron algunas de las actuaciones que encabezaban la cosecha musical de la tarde. Unos conciertos que los asistentes disfrutaron como antaño y que sacaron a bailar a más de uno, dejando atrás el carácter más estático de la pasada edición con la división de las parcelas en leiras. «O que nos gusta sobre todo é o ambiente que é moi propio e diferente, sobre todo este ano tras a pandemia», explicaban Ramón y Pablo, de Outes y Dodro, para los que el evento lleva varios años siendo una cita habitual. Precisamente, la atmósfera que se respira es uno de los atractivos que convence no solo a los festivaleros de la comunidad, sino también a otros procedentes de todo el territorio nacional. «Me enteré del festival por una amiga que venía y me animé, el ambiente en el cámping es lo que más me está gustando», contaba Judith que venía por primera vez desde Madrid. Pero si existe un claro protagonista en la cita son las familias. «Vengo porque tengo un sobrino y como hay actividades para los niños es un plan que disfrutamos todos juntos», argumentaba Alba de Vigo.

 Carlos Sadness y Ruxe Ruxe completan el cartel a última hora

Si bien es cierto que la segunda jornada del evento se desarrolló con la ausencia de uno de los grandes protagonistas, el dúo Delaporte, que tuvo que cancelar su concierto debido a la disfonía que padece la cantante Sandra, la cita llegó cargada de sorpresas. La banda de rock Ruxe Ruxe se incorporaba a última hora al cartel, como también Carlos Sadness que se unía — tras la cancelación de Heredeiros da Crus— a la decena de actuaciones que pondrán el broche de oro este domingo. Unas confirmaciones que parecían convencer a un público entregado. «Teníamos muchas ganas de ver a Herdeiros porque su espectáculo es increíble, pero la verdad es que las nuevas incorporaciones nos encantan», explicaba Fernando, de Carballo, que se desplazó al municipio coruñés junto a su pareja. Pero la cita en Boimorto es mucho más que música. La artesanía y la gastronomía también juegan un papel clave en el evento. Además de los foodtrucks en los que los asistentes pudieron llevarse algo a la boca entre concierto y concierto, una parte del recinto estaba reservada al «gastroespacio», en el que reconocidos chefs estuvieron a cargo de las degustaciones a lo largo de la jornada del sábado.