Desde el mediodía hasta la noche, horas y horas de fiesta a la luz del sol: adiós a los «bailes da misa» de toda la vida
28 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Leiloio, Moraime, Cerqueda, Neaño, A Ponte do Porto, Carantoña, Noicela, Berdillo, Ponteceso, Laxe, Razo, Cereo, A Agualada, Sofán, Nemiña, Zas, Sísamo, Vilaño, Aldemunde... En el que fue el regreso oficial de la verbena tras el parón covid, esta larga lista de localidades —a las que habría que sumar muchas más— lo apostaron todo a una misma carta: el tardeo. Ya poco queda de los «bailes da misa» de toda la vida. De esos dos o tres vermús rápidos antes de irse a casa a compartir mesa con la familia. Antes, una vermú que pasaba de las seis ya era «macro», pero ahora lo «macro» va mucho más allá, a veces incluso llegando a juntarse con la verbena de la noche.
«Ademais das ganas de festa que a xente ten acumuladas, eu creo que a pandemia cambiou as nosas rutinas. Acostumámonos a aproveitar as horas de día porque sabíamos que a certa hora pechaban os bares ou había o toque de queda», cree Cristian Mayor, presidente de la comisión de fiestas de Pasarela (Vimianzo), en donde la sesión vermú del día del Apóstol duró «dende as dúas da tarde ata pasada a unha da mañá». Sin parar. La idea inicial no era esa, pero la gente respondió tan bien que se fue alargando y la jugada les salió redonda.
Esa tarde el apartado musical corrió a cargo del dúo D'Festa y de DJ Rokiño (Damián Rodríguez), que si este verano ha habido decenas de macrovermús en la Costa da Morte, en muchas de ellas ha estado él. «Están funcionando moi ben», dice, complacido con la variedad de público que suele juntarse en el tardeo, lo que le permite pinchar todos los géneros sin someterse al corsé de la noche. «É como unha voda, podes mesturar todo tipo de música e sacias tódolos gustos: comercial, latino, algo de electrónica... Podes poñer de todo, que ninguén se estraña», señala el pinchadiscos, que aunque en estos meses ha estado en bastantes «macros», ninguna llegó a durar tanto como la de Pasarela. Fue una jornada maratoniana tanto para él como para el personal de barra, y solo a última hora pudieron echarle algo al estómago. En cuanto a la gente, algunos incluso se escaparon un rato a sus casas a descansar y comer, para después volver al campo y continuar festejando.
Festejando... y bebiendo. Porque si algo ha quedado sobradamente demostrado es la rentabilidad que estas sesiones tienen para los organizadores. Preparar una verbena ha sido este año mucho más complicado y costoso que antes del coronavirus. Las comisiones aseguran que todo se ha encarecido, incluidos los cachés de muchas orquestas, y hace falta un gran esfuerzo para reunir el dinero necesario para pagar estas celebraciones, de ahí que hacer una buena caja a cuenta de vermús y copas vespertinas sea tan necesario. «O bo do tardeo é que che vén todo tipo de xente», indica Cristian Mayor, «dende familias con nenos que beben os seus refrescos ata rapaces que empezan pola caña ou o vermú e axiña se pasan ás copas», añade.
Discotecas móviles
Además de disyoqueis, dúos, tríos y algunas orquestas (porque no todas hacen actuaciones diurnas), una parte fundamental de las sesiones vermú son las discotecas móviles, como Impacto, Movemento, Fabrik, Chocolate, CDC... Esta última, impulsada por el DJ ceense Manel Muñoz y omnipresente en las celebraciones de la Costa da Morte, fue la gran atracción de la macro sesión vermú de Sofán, una localidad que ya probó suerte con esta fórmula incluso antes de la llegada del covid. «Fixémola no 2019 e foi un éxito total», explica Óscar González, tesorero de la comisión, «e este ano incluso foi moito mellor».
En esta ocasión los organizadores detectaron una dinámica curiosa, una brecha entre diferentes franjas de edad según el horario: en los primeros bailes tras la misa estuvo gente de más edad, que al poco se marchó a almorzar a casa con la familia; después, y ya comidos, empezaron a llegar los más jóvenes. «Houbo xente que aguantou das dúas da tarde ás seis da mañá, encanando xa coa verbena. Menos mal que ese primeiro día de festa en Sofán a xente xa non conta con que lle vaia ninguén xantar!», relata Óscar, que también confirma que el año que viene repetirán con esta fórmula. Falta mucho todavía, pero él y su equipo ya andan dándole vueltas al 2023: «Fixemos un grupo moi unido e movémonos moito. Dá traballo facer estas cousas, pero pola parroquia, o que sexa», concluye.
Si estas líneas han despertado su curiosidad y quiere experimentar ese «ambientazo espectacular» del que hablaba hace unos días la comisión de Laxe, en donde la vermú se prolongó hasta las ocho y media, sepa que tendrá oportunidad de hacerlo esta misma tarde en San Román (A Laracha), con Ciclón, disco Impacto y DJ Bermúdez; mañana en Traba (Laxe), con el dúo Élite; el sábado 3 de septiembre en Baíñas (Vimianzo), con DJ Rokiño y el domingo 4 en la Festa da Milagrosa de Carballo con La Bamba y DJ Giancarlo.